Mucha gente preocupada por el medio ambiente y los derechos animales se ha preguntado alguna vez si se debería seguir consumiendo carne. Quien ha dejado de comerla ha tomado una decisión fuerte, ya que viéndolo desde diferentes puntos de vista, nuestra mayor duda siempre será si comer carne puede ser sostenible de alguna forma.
Físicamente, la producción de carne es poco eficiente, pues entre más largo sea el proceso, más energía se pierde. Para producir medio kilo de pollo se necesitan poco más de 700 gramos de grano, sólo por poner un ejemplo. La realidad, es más eficiente comer plantas que cultivar plantas para alimentar ganado para comer carne.
Ambientalmente, tomando en cuenta el gasto de agua, energía, emisión de gases de efecto invernadero, entre otros factores que se desprenden de la producción de carne, tampoco es sostenible. Gastar estos recursos siempre valdrá más la pena en cultivos que en la crianza de animales. Por cada kilo de carne roja, se ponen en promedio 150 gramos de nitrógeno en el agua.
Por datos como estos hemos creído que comer carne no es amigable con el medio ambiente, pero según Frank Mitlorhnr, profesor de ciencia animal que se encuentra actualizando la evaluación de ganadería de la FAO, "la agricultura no puede ser sostenible sin la agricultura animal".
Los argumentos para afirmar esto se sostienen en que la mayoría de los alimentos que comen los animales de granja no son comestibles para nosotros. Además el estiércol que ellos producen son excelentes fertilizantes que, de no tenerlos, tendríamos que sustituir con químicos.
Otro argumento que da es que hasta la mínima parte de un animal se utiliza en algún proceso. No queda desperdicio de él y si elimináramos la agricultura animal, tendríamos que encontrar nuevas cadenas de suministro con una huella ambiental propia.
Sin embargo, el problema no ha sido consumir carne sino la forma de producirla y la cantidad consumida. Si quisiéramos alimentar al mundo, la carne sería una buena opción por los nutrientes esenciales que aporta. Como todos en este mundo, los animales tienen su función en el ecosistema, consumiendo desechos agrícolas, controlando la hierba, produciendo estiércol, entre otras.
Para la gente acomodada, el acceso a calorías y nutrientes es fácil, así que dejar de consumir carne tiene sentido. Para otros menos afortunados, no tanto, pues los animales les son útiles. Volviendo a la cuestión principal, ¿la carne puede ser sostenible? La respuesta es sí, con sus restricciones.
El problema de la carne ha sido el consumo exagerado. La demanda ha hecho que los sistemas de producción sean despreciables e insostenibles. Quizás no sea del todo viable eliminar el consumo de carne en el mundo pero disminuirlo y mejorar la forma en que la producimos sería un factor que lo cambiaría todo, ambiental y moralmente.
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