Desayunos copiosos, comidas desordenadas, helados, refrescos, entre otros, son ejemplos de malas prácticas alimentarias. Estos excesos se reflejan pronto, a las pocas horas, en molestias digestivas como dispepsia, hinchazón abdominal, incómodos gases o estreñimiento.
Al padecerlas, es fácil asociar el malestar a que se ha comido más de la cuenta, o que se han escogido alimentos demasiado grasosos, azucarados o flatulentos. Consumir alimentos saludables es un refuerzo muy positivo en caso de dificultades digestivas.
¿Qué consumir? La fruta fresca es una gran aliada. Resulta digestiva, ya que su fibra se acompaña de una gran cantidad de agua, y su contenido en grasas es muy bajo aunque siempre se ha de observar la tolerancia individual. Se propone alternar entre las que más gusten, según la temporada: una buena tajada de sandía o de melón, tres albaricoques, un melocotón o una pavía, una manzana lustrosa, una pera de temporada, un puñado de cerezas. El color y la variedad de hortalizas es la mejor seña de una ensalada nutritiva y saludable.
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