lunes, 8 de mayo de 2017

Expertos objetan propuesta de calorías del Gobierno



La cantidad de calorías presentada por el Gobierno como adecuada para la alimentación de los trabajadores puede quedar pequeña cuando se trata de actividades físicas intensas como la minería y la construcción, según expertas en nutrición.

El 23 de abril, el viceministro de Presupuesto y Contabilidad Fiscal, Jaime Durán, consideró que la canasta básica familiar —uno de los parámetros que se utilizan para definir el alza salarial de cada año— de Bs 8.309 propuesta por la Central Obrera Boliviana (COB) contiene demasiadas calorías y contribuiría al sobrepeso de los trabajadores en el país.

“Los estándares internacionales recomiendan que una dieta balanceada está entre 2.400 y 2.600 calorías, la canasta de la COB contiene 5.000”, explicó a radio Panamericana.

Así, el incremento al haber básico y al mínimo nacional de 7 y 10,8%, respectivamente, acordado el jueves entre el Gobierno y la entidad matriz de los trabajadores no tomó en cuenta la propuesta de canasta básica cobista, que requería de un aumento salarial de entre 15 y 20%.

La canasta básica familiar de alimentos consiste en un conjunto de productos básicos de la dieta usual de la población, en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades energéticas de todo individuo promedio.

La ingesta de “calorías está relacionada con la condición física de cada persona y la actividad que realiza ésta. Para un adulto de entre 25 y 45 años que pesa entre 65 y 75 kilos se recomienda un promedio de 2.700 calorías por día”, afirmó la presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietistas de Bolivia, Marlen Yucra.

RANGOS. “El boliviano llega, cubre y sobrepasa” la cantidad de calorías propuesta por el Ejecutivo, “porque nuestros hábitos son ricos en carbohidratos y grasa”, agregó la profesional. Este medio solicitó una entrevista con Durán para conocer la cantidad de calorías que usa el Gobierno para fijar el alza salarial, pero desde la Unidad de Comunicación del Ministerio de Economía informaron que la autoridad no dará ningún reporte sobre el tema.

“Dependiendo del tipo de trabajo intenso o moderado que realice, un individuo puede gastar entre 2.500 y 3.500 calorías”, indicó por su parte Mónica Barrera, especialista en nutrición clínica y docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

Según la experta, “el desgaste y consumo de energía” de un minero, de un albañil o de un trabajador de la industria pesada “es muchísimo mayor” a lo considerado por el Ejecutivo. “2.500 calorías sería un aporte bajo para una persona con actividad intensa”.

Las calorías, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son la energía contenida en distintos alimentos que utiliza el organismo para desarrollar sus funciones vitales. Las personas con actividad sedentaria o ligera consumen menos que las que desarrollan una actividad intensa, indica.

“De 2.500 calorías, un individuo joven-adulto gasta 1.500 solo por estar echado y respirando, el resto de la energía que se consume sirve para cumplir tareas básicas como caminar, alimentarse y asearse. Entonces, se necesitaría mayor aporte calórico” para efectuar otras actividades físicas intensas, dijo Barrera.Las calorías necesarias vienen de “todo lo que son tubérculos, papa, camote, oca y chuño; de los cereales como el arroz, el trigo y la quinua; de los fideos y pastas; y de las grasas como el aceite y la mantequilla”, explicó Yucra

“Esta energía debe ser de alimentos nutritivos, que aporten también vitaminas y minerales”, agregó Barrera.

“Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud dice que hay que comer entre cuatro y seis panes (por día), pero eso depende de la demanda energética a cubrir y del estado nutricional de cada persona. No pan blanco, sino el elaborado con harina integral, que contiene otros componentes que son buenos para la nutrición”, dijo la especialista.

Desde octubre de 2015, el INE efectúa la Encuesta de Presupuestos Familiares para actualizar la base de datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y la canasta básica de alimentos para los estudios de pobreza, además de los indicadores sobre seguridad alimentaria. Se prevé que este año se tendrá el nuevo IPC. El actual, que mide la tasa de inflación, se calcula con la base fijada en 2007 en las nueve ciudades capitales del país, además de El Alto.

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