Un buen cambio en el estilo de vida
A menudo el ritmo de la vida genera obstáculos para dedicar el tiempo suficiente a una adecuada alimentación. Esto puede llevar a presentar alguna patología como obesidad, hipertensión, entre otras. Por ello, es necesario tomarse un momento para escuchar qué es lo que nuestro organismo nos está pidiendo.
Todos los días son un buen momento para dar el primer paso y comenzar a realizar cambios en nuestros hábitos alimentarios para sentirnos mejor. Pero, tal vez no sabes por dónde empezar, o piensas que es muy difícil. En este artículo de salud encontrarás algunos consejos para ayu- darte a comenzar a cambiar tu alimentación.
Primero, debes saber que no existe un alimento que sea totalmente completo para el organismo, excepto la leche materna para el bebé; por lo tanto, necesitamos una alimentación lo suficientemente variada para que nos garantice el aporte nutritivo adecuado.
Lo más importante, y a la vez difícil, es tomar la decisión de empezar a hacer una modificación en los hábitos alimentarios. Puedes hacerlo progresivamente, con un cambio por vez para asegurarte que van a mantenerse en el tiempo. Y no olvides hacerlo siempre con entusiasmo y alegría, pues el beneficio será aún mayor para tu salud día a día.
Recomendaciones nutricionales
Lo más importante es tomar la decisión de mejorar nuestro estilo de vida.
1. Variado: Hay que consumir todo tipo de alimentos de calidad y en la cantidad adecuada.
Lácteos: 2-3 raciones al día; carnes magras rojas: 1 porción, entre 1 a 2 veces por semana. Pescados: 1 ración 3 a 4 veces por semana; granos (pan, cereales, cereales integrales, arroz, pasta, papas): 4 a 6 porciones por día; leguminosas: 2 a 4 raciones por semana, frutas:
2 unidades por día; hortalizas: más de 2 raciones al día; aceite
de oliva: 3 a 6 porciones al día y huevos: 3 a 4 raciones por semana.
2. Cuatro veces al día: Por lo menos consumir cuatro comidas al día. Desayuno, almuerzo, merienda y cena. Si la jornada es extensa se puede agregar una colación, respetando un lapso mínimo de 1 y ½ y no más de cuatri horas entre cada una.
3. Compra inteligente: Antes de ir de compras debes planificar con tiempo qué tipo de alimentos necesitarás y en qué cantidad. A la hora de seleccionar el producto verifica su calidad mirando la fecha de caducidad, el tipo de envase, la calidad de las verduras y hortalizas.
4. ¡No te olvides desayunar!: Esta es una ración de gran importancia, ya que te ayudará a lograr un correcto rendimiento cognitivo en las tareas y en el trabajo.
5. Cena liviana: Durante esta comida debes intentar elegir alimentos fáciles de digerir, como verduras cocidas, sopas, pescados o lácteos, para un sueño reparador.
6. Disminuye
la ingesta: Comienza a eliminar de la dieta alimentos y bebidas con alto contenido calórico, como bebidas refrescantes, alimentos dulces, alcohol, aquellos productos que tengan grasa como pasteles, helados y galletas.
7. A moverse: Realiza algún tipo de actividad física moderada diariamente, por lo menos unos 30 minutos al día.
8. Hidratación: Consume agua. Bebe cada día, por lo menos dos litros de agua.
9. Come frutos secos: Tienen un importante aporte de ácidos grasos insaturados y fibra que ayuda a controlar los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre; además ayudan a regular el tránsito intestinal y reducir los trastornos intestinales.
Se debe consumir de 3 a 7 porciones por semana de 20 a 30 gramos cada vez.
10. Incluye una comida favorita: Una vez por semana puedes incluir un plato de la comida que más te guste.
Lo recomendable es que no sea más de una porción de ese alimento apetecido, para respetar tu esquema nutricional.
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