Los frutos secos se cultivan en varias partes del mundo y ocupan un lugar intrínseco en los regímenes alimenticios de las personas. Encierran numerosos nutrientes que tienen un impacto benéfico sobre el organismo. A pesar de que suelen ser ricos en grasa, contienen principalmente ácidos grasos insaturados, los cuales son esenciales para el funcionamiento correcto del cuerpo. Asimismo, éstos no aumentan la tasa de colesterol nocivo para la salud y no provocan acumulación de placas de ateroma en las arterias. Además, los frutos secos consisten en una excelente fuente de vitaminas, minerales, fibras, proteínas y aminoácidos que favorecen la dilatación de los vasos sanguíneos, ayudan a prevenir la formación de coágulos en la sangre, mejoran el tránsito intestinal, brindan energía y luchan contra los daños acarreados por los radicales libres. Toma en cuenta que mucha gente limita su consumo de frutos secos por miedo a engordar. Sin embargo, recientes investigaciones científicas demostraron que la ingesta razonable de los mismos, es decir, 30 gramos por día, no ocasiona una toma de peso.
Debido a la riqueza nutritiva de los frutos secos, muchos científicos estudiaron sus efectos sobre la salud. Los resultados de las investigaciones destacan que consumir un puñado de los mismos 4 veces por semana reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, ya que disminuyen la tasa y la oxidación del colesterol nocivo en la sangre. Asimismo, las personas que sufren diabetes tipo 2 no deben dudar en ingerirlos en pequeñas porciones diarias, ya que no influyen sobre la glucemia y aportan repercusiones positivas en su estado general de salud.
Por otro lado, es importante que las personas de todas las edades consuman frutos secos, ya que optimizan el crecimiento armonioso en los niños y adolescentes, previenen el desarrollo de una gran cantidad de enfermedades en la edad adulta y precaven la aparición de osteoporosis, anemia o carencias en los ancianos. Sin embargo, no deben ser ingeridos antes de los 6 años de edad porque los niños pequeños pueden asfixiarse con los mismos, ya que no mastican bien los alimentos y es posible que los trozos de los frutos secos se tranquen en los bronquios o pulmones. Para reducir los riesgos de atragantamiento y evitar la obstrucción de las vías respiratorias, no dudes en moler los frutos secos antes de incorporarlos a las distintas comidas.
Las virtudes de los frutos secos sobre el organismo son destacables. Por esta razón, no olvides consumirlos a diario, ya sea como merienda o añadiéndolos a tus preparaciones culinarias. De esta manera, lograrás gozar de sus bondadosas propiedades y evitar el desarrollo de una multitud de afecciones, cuyas consecuencias pueden ser fatales.
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