martes, 29 de septiembre de 2015

Uno de los alimentos más consumidos ¡Qué rico y saludable tomate!

Grandes beneficios.

Es uno de los alimentos más consumidos pero, además, es un gran aliado de la salud. Los especialistas explican que el tomate ayuda a reducir el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer y contribuye a regular la tensión arterial, a mejorar la vista y el aspecto de la piel, entre otros beneficios.

Crudo, asado, en ensalada, como parte de salsas, guisos o guarniciones.

Hay infinidad de formas de preparar este alimento para disfrutar de su sabor

y sus propiedades saludables.

“El tomate pertenece a la familia de las solanáceas. Se compone de un 95 por ciento de agua y un 4 por ciento de hidratos de carbono pero también contiene fibra, proteínas y minerales como potasio, zinc, yodo y magnesio, así como vitaminas del complejo B y vitaminas C y D”, detalla Arantxa Ezcurdia, especialista en dietética y nutrición de la Clínica Álvarez de San Sebastián.

Además posee un gran contenido de licopeno que es un antioxidante natural y es el que aporta el color rojo al tomate.

En este sentido, la experta subraya que, si lo consumimos de forma habitual, “nos podemos beneficiar de su propiedad antioxidante y obtener beneficios para la salud”.

Asimismo, señala que el licopeno “contribuye a reducir el riesgo de padecer diferentes cánceres como el de próstata, el de pulmón y el de colon. También potencia el sistema inmune y ayuda a combatir los radicales libres producidos por el estrés, el tabaquismo, el exceso de sol o de calorías, factores que, poco a poco, envejecen nuestro organismo”.

Vitamina A para la vista

Además de tener propiedades antioxidantes, el toma- te mejora la vista gracias a la vitamina A.

Su aporte de fibra ayuda a combatir el estreñimiento, por su alto contenido en potasio es regulador de la tensión arterial y debido a las vitaminas del complejo B mejora la piel y contribuye al correcto funcionamiento del sistema nervioso, entre otros beneficios.

Para aprovechar al máximo las características de este alimento, los autores del libro “Frutas y verduras, fuente de salud”, Montaña Cámara, Mª de Cortés Sánchez, Mª Esperanza Torija, indican que es preferible consumir el tomate sin pelar “ya que, en ocasiones posee un mayor contenido en vitaminas y licopeno en la piel que en la pulpa”.

No obstante, advierten que, antes de comerlo, es necesario lavarlo cuidadosamente y secarlo con un paño limpio “para eliminar los restos de partículas extrañas o residuos de plaguicidas”. Asimismo, afirman que la temperatura ideal para conservar los tomates es de entre 10 y 18 ºC.

A la hora de consumirlo, surge la duda de que si es preferible hacerlo o en crudo o es mejor cocinarlo, pues existe la creen- cia de que, al cocinar los alimentos, estos pierden sus propiedades nutricionales.

La nutricionista subraya que no debemos someter ningún alimento a altas temperaturas, pues se oxidaría. “Pero técnicas como la cocción a vapor o con bajas temperaturas pueden ser buenas opciones”, apunta.

Asimismo, destaca que, como el tomate es un alimento muy habitual en nuestros platos, podemos disfrutar de él tanto crudo como cocinado. De hecho, esta hortaliza permite preparar un gran número de recetas (...).

RESTRICCIÓN

A pesar de sus bondades, esta hortaliza no es apta para todo el mundo, pues algunas personas solo pueden tomarlo con algunas limitaciones.

Así, Aranxta Ezcurdia explica que “quienes padecen enfermedades articulares no es aconsejable que lo consuman a diario (...) Entre los componentes del tomate está el ácido oxálico, por lo que quienes sufren de ácido úrico o tienen piedras en el riñón tampoco deben consumirlo a diario, aunque sin prescindir de él”, manifiesta.

En cambio, el tomate sí puede incluirse en dietas hipocalóricas. “Es un alimento bajo en calorías. Aporta unas 22 kcal por cada 100 gramos. Por eso es habitual en las dietas para el control del peso”, indica la nutricionista.

Licopeno, tesoro escondido

Los licopenos son pigmentos naturales que le confieren color rojizo a los alimentos. Pertenecen al grupo de los carotenos, pero en este caso, el licopeno no es precursor de vitamina A como sucede en otros casos.

Estos pigmentos se encuentran en la sandía, pomelos, ají morrón rojo, y la mayor cantidad la concentran los tomates. Esto es una muy buena noticia para todos, ya que el tomate es un fruto muy versátil y que, generalmente nos apetece a todos.

Los licopenos poseen función antioxidante por excelencia, es decir previenen el daño celular al neutralizar los radicales libres que se generan en procesos oxidativos. Cuando la cantidad de radicales libres excede a los agentes antioxidantes se pueden generar afecciones severas como aterosclerosis, inflamaciones, enfermedades pulmonares y múltiples tipos de cáncer.

Especialmente, se ha observado en investigaciones previas que el licopeno ejerce protección ante el cáncer de próstata y el infarto de miocardio.

El licopeno no puede ser producido en el interior de nuestro organismo, por lo tanto solo lo podemos obtener mediante la ingesta de alimentos ricos en él.

Los alimentos concentrados a base de tomate son una excelente fuente de este antioxidante, entre ellos, extracto de tomate, salsas

de tomate, jugo de tomate

o ketchup.

A pesar de que aún no existe una dosis de licopeno establecida universalmente y considerada como saludable. Se ha observado que incluir al menos un tomate por día a nuestra dieta disminuye el riesgo de sufrir enfermedades, es decir, el licopeno ya ejerce su efecto antioxidante.

El tomate es un pequeño alimento que esconde un gran tesoro para nuestra salud.




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