jueves, 11 de junio de 2015

Comida ‘light’: ¿buena o mala?

Desde refrescos, quesos, mermeladas hasta chocolate y papas fritas… muchos alimentos que adoramos vienen en versión light. El riesgo de esto es que uno siente que si los consume no engordará, por lo que terminan consumiendo el doble de lo que consumirían de un alimento normal, de forma que no solo no adelgazan, sino que acaban engordando, afirma Leticia B. Carrera, experta en nutrición de Centros Felicidad Carrera.

Es recomendable conocer las ventajas e inconvenientes de los alimentos ‘light’: porque su exceso puede provocar desequilibrios nutricionales, pero su consumo moderado (en especial de los lácteos) es recomendable. Revisamos todo lo que necesitas saber sobre la comida light.



¿De verdad son light?

Para ser light un alimento debe tener un 30% menos de calorías que su equivalente nutricional e incluir en su etiquetado la información nutricional de ambos alimentos (ligero y no ligero). Pero esto es en teoría, porque la realidad es que, la falta de legislación específica sobre estos alimentos ha llevado que un tercio de los alimentos que se publicitan como light no lo sean. “Ha quedado demostrado en diferentes estudios de consumo que aproximadamente un tercio de los alimentos que se publicitan como ligeros en realidad no lo son”, explica Carrera.



Todo está en la mente

El factor psicológico es fundamental a la hora de valorar la ingesta de los alimentos light ya que es habitual creer que los alimentos ligeros adelgazan o no engordan, por lo que muchas personas llegan a consumir cantidades excesivas, por lo que terminan ganando peso.

Por ejemplo, una cucharada sopera de mayonesa convencional contiene unas 100 calorías y unos 10 gramos de grasa, mientras que la versión light aporta alrededor de 50 calorías y 5 gramos de grasa. Por lo tanto, si la persona cae en el error de que, por ser un producto ligero, puede consumir el doble o mayor cantidad, al final estará consumiendo las mismas calorías y gramos de grasa que si se tratara de mayonesa convencional.



Refrescos light

La versión light de la que más se abusa es sin duda la de las bebidas. El consumo de un refresco light al día no tiene contraindicaciones, pero recuerda que hay que limitar el consumo de edulcorantes (los refrescos light tienden a inflamar y acidificar el organismo).

Según un estudio publicado en la International Journal of Obesity en 2004, las bebidas light podrían generar confusión haciéndonos consumir más alimentos al no detectar calorías. Esto llevaría a un desequilibrio de los mecanismos biológicos compensatorios sobre la ingesta, que conduce a un desequilibrio en la elección de porciones y de saciedad. Nada mejor como beberse un buen vaso de agua o infusiones con hielo para refrescarse.



Los lácteos light

Los lácteos light, a diferencia de las bebidas light, son recomendables. Y es que en estas versiones se reduce el aporte calórico eliminando también la grasa de la leche entera lo que disminuye el consumo de grasa saturada y ayuda en la prevención de enfermedades cardiovasculares.



Las grasas son necesarias

Aunque las grasas tienen mala fama, nuestro organismo las necesita (en cantidades determinadas). La grasa es el vehículo de los ácidos grasos esenciales como el linoleico y linolénico y de las vitaminas liposolubles (A,D,E,K). Por otro lado, los azúcares también son esenciales: si se consume poca cantidad de hidratos de carbono, el funcionamiento normal del organismo se altera debido a la carencia de hidratos de carbono, nuestra principal fuente de energía.



Son sanos para…

No se puede decir que el consumo de las versiones light sea bueno o malo, pues depende de la condición de cada uno: una persona que se encuentre en su peso y en buenas condiciones de salud no necesita recurrir a este tipo de productos. Sin embargo, los alimentos light pueden ser especialmente recomendables en personas que, por padecer alguna patología, necesitan disminuir el aporte de algún nutriente, sobre todo de colesterol, sodio, azúcar o grasas.



¿Tradicional o light?

Aunque optar por las versiones ligeras controlando las cantidades y de forma esporádica es una buena opción, lo más recomendable para un buen número de expertos es optar como norma general por las versiones tradicionales pero en cantidades moderadas. Eso, y por alternativas bajas en calorías, sanas y ricas.



¿Contando calorías?

Las calorías sirven para expresar el poder energético que poseen los alimentos, y muchas personas nos pasamos el día contándolas. Pero recuerda que no es lo mismo tomar 2000 calorías de alimentos healthy que tomar 2000 calorías de alimentos grasos. Aunque estemos aportando la misma carga calórica, cuando ingerimos calorías de alimentos saludables el cuerpo va a tener una apariencia totalmente diferente de si lo hacemos de alimentos grasos: estará menos inflamado, con menos volumen, menos celulitis… y va a lucir un aspecto más sano de forma generalizada. Y para nuestras arterias y corazón, ingerir triglicéridos y grasas saturadas puede ser muy perjudicial frente a los Omegas 3, vitaminas y minerales que nos mantienen sanos y en forma.



Dietético vs. Light

También es importante: un alimento dietético no tiene nada que ver con uno light. Y es que, si en el light tiene que haber una reducción de calorías respecto a su equivalente tradicional, un alimento es dietético cuando tiene disminuido, al menos, en un 30% por debajo del límite establecido, alguno de sus componentes, con lo cual un producto puede ser bajo en sodio, pero no en azúcar, y no necesariamente tendrá menos calorías.

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