jueves, 6 de abril de 2017
Alimentos para ser feliz
Cuando nos alimentamos de forma más saludable, nos vemos y nos sentimos mejor con nosotros mismos. Esto también hace que nos percibamos más contentos al estar bien interna y externamente. Susan Bowerman, Directora de Entrenamiento en Nutrición en Herbalife y Dietista Profesional y Especialista en Dietas para Deportistas con Certificación de la Junta, brinda seis recomendaciones para sentirnos mejor con nosotros mismos y estar más alegres cada día a través de una alimentación sana.
1. ELEGIR FUENTES SALUDABLES DE PROTEÍNAS
Lo ideal es elegir cortes de carne magra como fuentes de proteínas, de lo contrario, podemos terminar comiendo demasiadas grasas.
Se aconseja reemplazar la carne picada por pechuga de pavo picada o elegir un corte de carne magro y solicitar que lo piquen en el momento. Cuando se crea conveniente, se puede sumar más pescado a la dieta, comenzando por algo conocido (aunque en primera instancia pescado signifique camarones o atún enlatado).
Observar lo que comemos todos los días y reemplazar con pescado las carnes grasas, en una salsa para pastas, un wrap, o en tacos. Los frijoles enlatados son muy convenientes, de sabor suave y muy bajo contenido graso, para preparar un guiso vegetariano, agregarlos en las sopas, o mezclarlos en la licuadora con un poco de aceite de oliva y ajo y hacer una salsa para comer con verduras crudas. Vale la pena probar el tofu también ya que tiene un sabor muy suave que funciona bien en sopas o en salteados o puede intentar asarlo.
2. COMER MÁS FRUTAS Y VERDURAS
Cuando se consulta a las personas por qué no ingieren regularmente frutas y verduras, responden que les gustan, pero no siempre las tienen al alcance, o se dañan antes de que puedan llegar a comerlos o cocinarlos.
La mejor solución es guardar paquetes de frutas y verduras en el refrigerador, porque congeladas son tan nutritivas como las frescas. Así es sencillo agregarlas al batido proteínico o al yogurt de todas las mañanas, o añadir verduras a las sopas, omelet, pastas y salteados.
Es importante tener siempre un plato de frutas frescas en la mesa de la cocina y verduras cortadas en la heladera; tenerlas en un lugar visible y listas ayudarán a comerlas con más frecuencia, con cada comida o refrigerio.
¿Qué hacer cuando salimos a comer fuera de casa? Pedir un plato grande de verduras y evitar los almidones; comenzar con una colorida ensalada o sopa de verduras. Es importante hacer el hábito de comer frutas de postre. Si el sabor impide comer más verduras, se pueden descubrir nuevas maneras de condimentarlas.
3. CAMBIAR LOS GRANOS REFINADOS POR LOS INTEGRALES
Es probable que esta sea una de las maneras más simples de mejorar la dieta. Cuando pasa de granos refinados (como el plan blanco, arroz blanco, pastas refinadas, tortillas de harina) a los integrales, se obtiene una gran mejora en su nutrición y consumo de fibras. Se pueden encontrar los equivalentes integrales para todos sus granos refinados habituales: pastas integrales, arroz integral, tortillas de maíz y pan 100% integral. Como acompañamientos, también existen otros granos como quínoa o arroz silvestre.
4. INGERIR PEQUEÑAS CANTIDADES DE GRASAS SALUDABLES
Las grasas, incluso las “buenas”, agregan un poco de calorías. Por eso, el foco se centra en reducir el consumo de grasas en general, manteniéndose alejado de los refrigerios, postres y frituras con alto contenido de grasa, y permitiéndose pequeñas cantidades de grasas saludables para obtener el aporte necesario de ácidos grasos esenciales.
Las nueces, paltas, aceitunas y el aceite de canola se consideran más saludables que otras grasas, así que son perfectos para incluir en la dieta. La palta funciona muy bien para sustituir la mayonesa o manteca, y las nueces, en pequeñas cantidades, pueden aportar grasas saludables a las ensaladas, platos de verduras, cereales y yogurt. Además de aceites basados en granos, incluya aceite de oliva o de canola para cocinar.
5. INGERIR MÁS AGUA Y TÉ
Una buena nutrición y el consumo de gran cantidad de líquidos van de la mano. El agua cumple muchas funciones en el cuerpo; una de ellas y muy importante, es que ayuda a digerir los alimentos y a transportar los nutrientes a las células. Si no toma tanta cantidad de líquido como debería, intente fomentar el hábito teniendo siempre una botella de agua cerca durante todo el día. Si no le gusta el agua, tome té o prepare su propia agua saborizada, al agregarle fruta fresca o rebanadas de pepino o hierbas.
6. INGERIR REFRIGERIOS MÁS SALUDABLES
Tomar un refrigerio o merienda, no es algo malo. Elegido correctamente puede ayudar a calmar el hambre entre comidas (que, de lo contrario, provocaría que coma en exceso cuando finalmente se siente a comer), además de ser una oportunidad a lo largo del día de incorporar proteínas adicionales, verduras, frutas o incluso un producto lácteo rico en calcio. Lo ideal es combinar proteínas y carbohidratos para obtener la mayor energía de su refrigerio. Se puede recurrir a opciones prácticas y rápidas como las frutas frescas, verduras crudas, barras de proteínas y yogur.
La alimentación adecuada puede ayudarnos a sentirnos más felices, no sólo porque nos veremos mejor, sino porque también internamente estaremos mejor.
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