El Infarto Agudo de Miocardio(IAM), o como se le conoce ataque cardíaco o del corazón, es la principal causa de muerte por enfermedades cardiovasculares en todo el mundo, y no distingue sexo, muchas veces ni edad. Las últimas cifras de muerte por la Organización Mundial de Salud (OMS) revelan que cada año, más de 7 millones de personas mueren por esta causa.
Cada arteria coronaria le aporta sangre a una parte específica del corazón y cuando una de estas se tapa, causa dolores agudos y alteraciones en el área afectada. Por consiguiente esto afecta gravemente la capacidad normal de nuestro corazón, es decir para bombear la sangre a todo el cuerpo, y causar latidos anormales los cuales podrían ser fatales.
Este bloqueo evita que el músculo reciba oxígeno, hasta que las células musculares cardíacas mueren. La alimentación influye en la salud de muchas maneras. Una de ellas es a través del aporte de nutrientes esenciales, para mantener un buen metabolismo y una condición interna adecuada. Las vitaminas, los minerales y demás nutrientes, son aportados por los alimentos y son imprescindibles para una serie de funciones vitales.
Entre los alimentos que aumentan el riesgo cardivascular se destacan la carne procesada como las salchichas, chorizos y tocino, la carne roja que puede ser cambiada por pechuga de pollo o pavo; se aconseja reducir el azúcar blanca, harinas refinadas, evitar el consumo de pan blanco, pastas y arroz refinado que puede ser sustituido por harinas y granos integrales.
También se debe evitar aderezos y salsas cambiándoles por aceite de oliva y el jugo de limón con hierbas, son una mejor opción para condimentar.
Bebidas azucaradas: como el refresco, jugos artificiales, te frío y ponches de frutas están relacionados a la hipertensión y el aumento del colesterol, por su alto contenido de azúcares simples que promueven el desarrollo de sobrepeso y obesidad. Lo más recomendable es consumir frutas frescas, licuados de frutas y vegetales sin azúcar, té sin endulzantes y agua.
Agregar avena a su dieta, proporciona fibra soluble y ayuda a reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón. También interviene en el proceso digestivo y reduce el colesterol total, lo que tiende a subir el colesterol bueno. Lo ideal es consumir 25 a 35 gramos de fibra al día.
Hacer ejercicios: Practicar ejercicios reduce varios factores de riesgo, como la obesidad, el aumento de colesterol y de azúcar en la sangre. El programa de ejercicios debe ajustarse a cada persona, y debe ser bajo los consejos de su médico.
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