La leche es uno de los alimentos básicos más consumidos en todo el mundo, reconocida por proporcionar nutrientes esenciales como calcio, proteínas, vitaminas y otros componentes que contribuyen a una vida saludable. Debido a su importancia es crucial que este producto llegue a las mesas de los hogares estándares de calidad e inocuidad.
La homogeneización y la ultrapasteurización desempeñan un papel clave en el cumplimiento de estos estándares. Estas tecnologías aseguran que la leche conserve sus propiedades nutritivas y sea segura para el consumo.
Con el apoyo de PIL Bolivia, a continuación, se explica qué son estas tecnologías:
Homogeneización: textura uniforme
La homogeneización se ha convertido en un proceso industrial estándar, practicado universalmente como un medio para estabilizar la emulsión de grasa contra la separación por gravedad.
Este proceso provoca principalmente la ruptura de los glóbulos de grasa en otros mucho más pequeños. En consecuencia, disminuye la formación de crema y también puede disminuir la tendencia de los glóbulos a agruparse. Básicamente toda la leche homogeneizada se produce por medios mecánicos.
Para llevar a cabo esta operación, se emplean homogeneizadores industriales que funcionan a alta presión. La leche es forzada a pasar por una válvula extremadamente estrecha, lo que reduce los glóbulos de grasa a partículas microscópicas (menores a 2 micras de diámetro). Estas diminutas partículas se dispersan uniformemente, evitando la separación de la grasa y garantizando una mayor estabilidad del producto.
El efecto de la homogeneización sobre la estructura física de la leche tiene muchas ventajas:
Glóbulos de grasa más pequeños que provocan la no formación de líneas de crema.
Color más blanco y apetecible,
Sensibilidad reducida a la oxidación de las grasas.
Sabor más completo, mejor sensación en boca.
Ultrapasteurización: inocuidad y durabilidad
La ultrapasteurización, también conocida como UHT (Ultra High Temperature), es un tratamiento térmico empleado para conservar productos alimenticios líquidos mediante la exposición a un breve e intenso calentamiento llegando a alcanzar a temperaturas en el rango de 135 a 140 °C durante unos segundos. Este proceso elimina microorganismos perjudiciales y extiende significativamente la vida útil del producto sin necesidad de conservantes.
Gracias a este proceso y posterior envasado aséptico permite garantizar que las propiedades nutritivas del producto se mantengan inalterables hasta su consumo sin requerir refrigeración, siempre que el envase permanezca cerrado. Una vez abierto, se recomienda mantener refrigerado a temperaturas de 2 °C a 8 ºC y consumir dentro de los próximos 3 días para garantizar su calidad.
Contenido de grasa
En el etiquetado de la leche también se puede encontrar términos como entera, semidescremada y descremada. Estas categorías se refieren a la cantidad de grasa que contiene la leche.
La leche entera contiene un porcentaje de grasa mínimo de 3%, mientras que la semidescremada tiene un contenido graso que varía entre el 1% y menor a 3%. Por otro lado, la leche descremada o light presentan menos de un 1%.
Tipo de leche | Porcentaje de grasa |
Leche entera | 3% |
Leche semidescremada | 1% <3% |
Leche descremada o light | Menos de 1% |
Compromiso con la calidad y la nutrición
PIL Bolivia destaca que la confianza de las familias bolivianas en sus productos es un pilar fundamental para la empresa. Por esta razón, todos sus procesos cumplen con los estándares de calidad e inocuidad, asegurando que cada vaso de leche mantenga sabor, frescura y aporte nutricional.
La empresa aclara que recientemente realizó un cambio en el diseño de sus empaques de la leche blanca regulada para cumplir con las normativas vigentes. No obstante, la calidad de su producto permanece intacta. Esto significa que continúa siendo homogeneizada, ultrapasteurizada, semidescremada y de larga vida, manteniendo los altos estándares a los que los consumidores de PIL Bolivia están acostumbrados.
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