Diferencias y beneficios de dos opciones que pueden cambiar tu forma de alimentarte para siempre.
Vivimos en la era de los hashtag y del trending topic, y las tendencias se hacen fuertes en las redes sociales, sobre todo cuando van de la mano de alguna celebrity. Se difunden con una rapidez que incluso pilla por sorpresa a los medios de comunicación, a veces relegados a un simple eco de lo que se lleva y lo que no; pero el contenido siempre acaba siendo más interesante que la forma, sobre todo cuando tenemos entre manos cuestiones referidas a la alimentación que no solo afectan a nuestra estética, sino también a nuestra salud.
La fiebre por el veganismo y el vegetarianismo comenzó en Hollywood, con actrices como Olivia Wilde, pero su gran salto a las redes llegó de la mano de Beyoncé y sus famosas declaraciones, cuando el verano pasado afirmó que dejar de comer carne le hacía perder peso sin perder sus curvas. Desde entonces las redes se llenaron con vegan, veganfoodporn o veganlife, pero abrazar una vida apartada del consumo de alimentos de origen animal (en mayor o menor medida) no es ninguna tontería.
Cristina Rodríguez Alconada, nutricionista del Instituto Médico Láser, y Gwenaelle Guy-Fradj, naturópata de The Green Shelters, dicen que “Una persona vegetariana es aquella que basa su alimentación en el consumo de alimentos de origen vegetal, excluyendo de esta forma los alimentos de origen animal. Pero como en todo hay diferentes niveles y modalidades”, afirma Cristina. Siempre existen matices y diferenciaciones basándose en los otros grupos de alimentos con los que complementa, o no su, dieta. “Los vegetarianos no estrictos son aquellos que, además de basar su alimentación en alimentos de origen vegetal, también toman algún alimento de origen animal, como por ejemplo el huevo, los lácteos o el pescado; mientras que los vegetarianos estrictos o veganos, basan su alimentación en alimentos de origen vegetal, sin tomar ningún alimento de origen animal”.
Estas diferenciaciones tienen una base práctica a nivel alimenticio, pero también, como afirma Cristina, “cabe destacar que generalmente esto no es aisladamente un estilo de alimentación, sino que puede definirse como un estilo de vida. En ocasiones, no es bueno generalizar, este estilo de vida hace que se adopte una actitud de rechazo frente al uso de los recursos animales como fuente de aprovechamiento para el hombre o para su diversión”.
Beyoncé afirma que al dejar de comer carne, perdió peso sin perder sus curvas.
Centrándonos en un tema puramente alimenticio, siempre que hablamos de la posibilidad de convertirnos en veganos o vegetarianos, una de las cuestiones recurrentes es el tema de las carencias nutricionales a las que nos podríamos enfrentar. Para estar seguros de que nuestra alimentación será adecuada “la cuestión fundamental es consultar con un especialista que nos oriente sobre cuál es la forma adecuada de alimentarse sin caer en deficiencias”. Esto no quiere decir que las personas que no sean vegetarianas y coman de todos los grupos de alimentos, no tengan deficiencias. “Cualquiera de las dos tendencias es sana siempre y cuando se haga bien”, afirma Cristina. Por su parte, Gwenaelle también hace hincapié en una cuestión fundamental: el equilibrio. “Muchos vegetarianos y veganos consumen particularmente muchos azúcares y grasas. Lo importante es el equilibrio en las asociaciones de alimentos, la variedad”. Pero si tuviésemos que decantarnos por una de las dos variedades de vegetarianismo, Cristina afirma que “por la variedad de alimentos, es más fácil cubrir todo los requerimientos con la vegetariana incluyendo algún grupo de alimentos más, a parte de los vegetales”.
¿Y los beneficios? “A menudo, las personas que dejan de comer carne tienen más energía, una mejor digestión y un sueño de mayor calidad”, afirma Gwenaelle. Además, eliminar las comidas procesadas de nuestra dieta es un buen punto a favor. Vegetarianos y veganos tienen que mirar tanto las etiquetas de composición de los alimentos, que la mayoría de las veces se apuesta, sobre todo, por la comida elaborada en casa. Y como la mayoría de las comidas procesadas son ricas en azúcares y sal, eliminarlas de nuestra alimentación es un gran paso adelante para nuestra salud. Aunque, como apunta Cristina, “el beneficio general es la reducción del aporte de grasa”, pero eso también debería vigilarse. “Dependiendo del origen de la carne o el pescado, quizás el beneficio se convierta en un inconveniente puesto que los omega tres del pescado tienen muchísimas ventajas”. Por ello, consultar siempre con un especialista que marque nuestra pauta de alimentación es fundamental.
Si hemos tomado la decisión de cambiar nuestra dieta y dejar de consumir alimentos de origen animal, hay dos aspectos fundamentales que tenemos que tener en cuenta. “En el caso de una dieta vegana, es recomendable el aporte de ciertas vitaminas que no se obtienen a través de esta dieta”, afirma Gwenaelle. También para Cristina, lo primero es “cuidar mucho el aporte de vitamina B12, ya que esta vitamina está presente únicamente en los alimentos de origen animal”.
Por otro lado debemos “cuidar la naturaleza y valor biológico de las proteínas. Esto es que sean lo más completas posible. Esto se mide en función de la cantidad de aminoácidos esenciales que hay presente en el alimento”. En general, tanto la carne como el pescado suelen tener proteínas de muy buen valor biológico, sin embargo para conseguir esto mismo con vegetales, en ocasiones hay que hacer mezclas determinadas y además consumir más cantidad de alimento para lograr un buen aporte. Por ello, mi consejo es que, la persona que quiera adoptar esta opción, consulte con un especialista y quizás que no vayan al lado más estricto, si no que empiecen por lo más fácil, restringiendo algún grupo de alimentos para ver qué efecto tiene en su organismo”.
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