Esta fruta es tan beneficiosa que hasta una canción le compusieron, aunque su sabor es agridulce eso no impide que sea uno de los alimentos más consumidos de esta tierra. Según la nutricionista Verónica Vargas, posee un efecto laxante ya que tiene un alto contenido en glúcidos y pectina, lo cual ayuda a limpiar el estómago de esos desechos tóxicos del organismo, aunque no se puede exagerar con su consumo.
Protege el hígado. Por los polifenoles que tiene, resulta ser un excelente protector de las células del hígado, por lo cual está recomendado para los problemas de hígado graso y colesterol alto.
Brinda energía. Por ser rico en potasio, es un excelente alimento para los deportistas ya que actúa en el sistema nervioso y muscular, además aporta energía, lo cual hace que pueda rendir un buen entrenamiento.
Contra los radicales libres. El nutricionista David Ruiz, destacó la vitamina C, flavonoides y betacarotenos que contiene esta fruta, que son ser poderosos antioxidantes y ayudan a proteger el cuerpo de enfermedades como el cáncer y los efectos dañinos de los radicales libres.
Antibacteriano. Otro dato es que por el ácido ascórbico que tiene suele ser un efectivo antibacteriano y antiviral. Asimismo, es un alcalinizante ideal para tratar problemas como el dengue y la fiebre.
Antiinflamatorio. Ruiz agregó que las combinaciones de la pulpa y sus hojas pueden coadyuvar sobre las articulaciones inflamadas y adoloridas.
No todos pueden consumir. Entre las recomendaciones el nutricionista resaltó que esta fruta puede ser consumida por cualquier persona que tenga un sistema gastrointestinal saludable, de lo contrario puede provocar problemas en la mucosa.
Receta
Mousse de tamarindo
Ingredientes
• 1 taza de pulpa de tamarindo
• 1/2 taza de agua
• 2 tazas de azúcar
• 2 ½ cucharadas de gelatina sin sabor disueltas en 1/2 taza de agua
• 4 claras de huevo a punto nieve
• 1/2 taza de crema de leche
Preparación
1. Licuar la pulpa de tamarindo con el agua. Luego mezclar el jugo con el azúcar y llevar a fuego lento hasta que hierva, revolviendo con una cuchara de madera.
2. Retirar del fuego la preparación y añadir la gelatina disuelta en el agua fría, revolviendo hasta que se derrita y se mezcle bien. Llevar la mezcla a la heladera.
3. Cuando empiece a cuajar, sacarla y batir hasta que quede espumosa y agregar las claras a punto nieve con la crema de leche y mezclar hasta
que todo quede
consistente.
4. Verter la preparación en un molde o en pequeños mini vasos.
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