domingo, 16 de agosto de 2020

Recomendaciones alimentarias y de nutrición en el paciente crítico con COVID-19 que ingresa en la UCI

Para responder a las preguntas, se están revisando todas las fuentes directas (que evalúan en COVID-19) e indirectas (que evalúan en SARS o MERS). No se han considerado las pruebas que evalúan el impacto en el resfriado común.

1. El soporte nutricional debe ser una de las medidas centrales de tratamiento integral para pacientes con COVID-19 (13).

2. Aunque en algunas guías se recomienda la evaluación nutricional de pacientes críticos a través del NUTRIC Score (31,32), la guías de la ESPEN no recomiendan establecer el riesgo de desnutrición en función de este Score, sino tras la estancia de más de 48h en la UCI (33). La mayoría de las pautas actuales recomiendan una evaluación temprana del riesgo nutricional de estos pacientes y establecer objetivos de soporte nutricional.

3. A pesar de que la OMS ha incluido la iniciación de nutrición enteral entre las 24-48h de estancia en la UCI, según una revisión Cochrane, la baja calidad de las pruebas, no permite establecer con claridad si la nutrición enteral temprana (dentro de las 48h iniciales), comparada con la nutrición enteral tardía (después de dichas 48h), afecta al riesgo de mortalidad dentro de los 30 días, la intolerancia a la alimentación, las complicaciones gastrointestinales, o la neumonía (34). Por su parte, la ESPEN sugiere que la terapia nutricional debe ser considerada tras 48h de estancia en la UCI (33).

4. Los indicadores a monitorizar incluyen principalmente energía y proteínas y el mantenimiento del equilibrio de líquidos (13). Según pruebas indirectas, en general se recomienda dieta oral versus nutrición enteral o parenteral, y se recomienda suministrar de acuerdo con la gravedad
de la enfermedad, a razón de 20 ~ 30 kcal/kg/d (13). Según una revisión Cochrane, no queda claro que la prescripción de apoyo nutricional hipocalórico sea un acercamiento beneficioso en términos de mortalidad (en UCI o a los 30 días), o en la duración de la estancia en la UCI o en el hospital (35). La mayoría de las pautas consideran que el requerimiento de proteínas es adecuado en el rango de 1.2 a 2.0 g/kg/día. Los pacientes graves tienen atrofia muscular debido al aumento del catabolismo proteico, que afecta a la supervivencia y el pronóstico (13).

5. Debido a las características de los sujetos ingresados (pacientes de >70 años, pérdida de consciencia, cuidado oral deficiente, posición prona, reflujo gastroesofágico) debe considerarse el riesgo de broncoaspiración y la pérdida de protección de las vías respiratorias (13).

6. Debido a que en varios pacientes de COVID-19 se identificó disbiosis microbiana, es posible que el uso de prebióticos o probióticos (en forma de complementos alimenticios con una variedad cepas) pudiera evitar infección secundaria por translocación bacteriana (30).

7. Evidencias indirectas de una revisión Cochrane sugieren que existen incertezas de si se debe suplementar o no con selenio a los pacientes
críticos para mejorar su sistema inmune (36).

8. Evidencias indirectas de una revisión Cochrane sugieren que existen pruebas moderadas de que los suplementos de glutamina reducen la tasa de infección y los días de asistencia respiratoria mecánica, y pruebas de baja calidad de que los suplementos de glutamina redujeron la duración de la estancia hospitalaria en pacientes que presentan enfermedades graves. Sin embargo, parecen tener poco o ningún efecto sobre el riesgo de mortalidad y la duración de la estancia en la UCI. Los efectos sobre el riesgo de efectos secundarios graves fueron imprecisos (37).

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