La lechuga posee un alto componente diurético debido a sus altas dosis de potasio. Por ello se recomienda en dietas de adelgazamiento, obesidad e hipertensión, también es eficaz en dietas que buscan bajar el nivel de azúcar en la sangre pues tiene cualidades depurativas.
Tiene altas dosis de calcio y fósforo que ayudan para unos huesos sanos y fuertes. Además es una gran fuente de oligoelementos no muy habituales en el mundo vegetal, como es el selenio, un antioxidante que ayuda contra el envejecimiento prematuro y previene el cáncer de colon, próstata y pulmones, además hasta puede ayudar a combatir la caspa. Si se la come cruda ayudará a mejorar la circulación además de prevenir la arteriosclerosis y disminuir el colesterol. Es un buen remedio para relajar, pues contiene grandes dosis de lactucina, un tranquilizante natural.
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