Se demostró que las nueces y el aceite de oliva protegen de los infartos; ahora, el mismo equipo de investigadores observó que el aceite y las nueces previenen o retrasas la pérdida de facultades mentales asociadas al envejecimiento en población sana.
El Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer, de Barcelona, compararó por vez primera a personas sometidas a una dieta enriquecida frente a una población a la que se ha evaluado al principio y al final del ensayo, de cuatro años de duración.
Entre los participantes del primer grupo se seleccionó a 115 personas a las que se dio un suplemento de un litro por semana de aceite de oliva extra y a 147 que tomaron una ración de 30 gramos diaria de una mezcla de nueces (15 gramos), avellanas y almendras. A los 145 restantes, simplemente se les recomendó disminuir el contenido en grasa de su alimentación. Las capacidades cognitivas se midieron mediante una batería de nueve test neuropsicológicos.
Al término del estudio, los investigadores advirtieron que las personas que tomaron la dieta mediterránea reforzada con suplementos tenían una capacidad cognitiva mejor que el grupo de control, que había sufrido mayores pérdidas en la función cerebral. Los que consumieron frutos secos preservaron mejor la memoria (una de las pruebas para medirla consistía en memorizar siete palabras y recordarlas al cabo de tres minutos).
Ejecución más rápida
Entre los que tomaron aceite de oliva, las ventajas se relacionaron con la función ejecutiva (entre otros aspectos, eran más rápidos a la hora de unir con un trazo 12 números puestos al azar sobre un papel).
Esta mejora de la función cognitiva es independiente de variables como la edad o el sexo (de los 447 voluntarios, 223 eran mujeres) de los participantes.
La investigación afirma que los resultados son aplicables a la población sana, como estrategia preventiva, pero nunca como un tratamiento para frenar los efectos de un proceso de demencia manifiesto
No hay comentarios:
Publicar un comentario