Cuando un alimento vivo como los vegetales se congela, comienza un proceso de envejecimiento; en cambio, cuando se congela carne, empieza su degradación. Ambos tienen una carga de bacterias que no son eliminadas del todo al someterlos al frío.
Hay bacterias que pueden proliferar lentamente incluso por debajo de los cero grados, así que los alimentos estériles prácticamente no existen, según el Departamento de Bromatología de la Universidad Complutense (Madrid).
Los alimentos están formados casi en su totalidad por agua, y cuando sometemos los productos a temperaturas entre -2°C y -18°C, el agua comienza a congelarse y se forman los llamados macrocristales, que rompen las estructuras internas. Eso altera el sabor de los alimentos, por lo cual los productos tienen menor tejido conjuntivo.
Esto hace que disminuya la capacidad de retener el agua esencial, que es donde están los sabores y nutrientes. Eso explica por qué cada vez que descongelamos un producto vemos que bota mayor cantidad de líquido.
Ojo con las intoxicaciones
Cuando hay demasiadas bacterias en nuestros alimentos, existe el riesgo de intoxicaciones. Al congelar, también se congelan los microorganismos que hay dentro. Sin embargo, si bien hay ciertas bacterias que mueren en temperaturas bajas (termófilas y mesófilas), también están las sicrófilas, que pueden resistir estas temperaturas y pueden proliferar dentro del alimento (hasta -15°C).
Cuando se descongela, todo el hielo que lo recubre se convierte en agua.
El agua que observamos al descongelar es un medio que favorece el crecimiento de las bacterias.
Cómo descongelar
Lo mejor es dejar que el alimento se descongele dentro de la heladera, de un día para otro. Sin embargo, debe pasar mucho tiempo hasta que esto suceda, y el ritmo de vida no permite esperar tanto.
Se puede aplicar cocción directa, pero solo en el caso de las verduras y hortalizas. Al utilizar agua fría o caliente, como es lo habitual, se pierden algunos componentes del alimento que son solubles en agua. Cambiarán sus propiedades y también su sabor, lamentablemente.
Si se va a utilizar agua fría, hay que aislar el alimento (con una bolsa hermética, por ejemplo). Se sumerge en agua fría, que se sustituye cada 30 minutos. Es mejor no usar agua caliente al descongelar
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