domingo, 26 de marzo de 2017

La clave: la dieta después de la dieta

PAUTAS DE COMPORTAMIENTO

CONSEJOS NUTRICIONALES

Perder los kilos que sobran en la primera etapa de la dieta es algo, sacrificado, pero sencillo; lo más complicado es mantener el peso, después de finalizar con la dieta.

Después de haber superado la ansiedad propia de las dietas, lo que más deseas es que sus resultados duren. ¡Para siempre si fuera posible!

Debemos tener en cuenta que inmediatamente después de acabar un plan de adelgazamiento es normal volver a subir un par de kilos, pero lo deseable y lo saludable es mantenerse.

Aquí viene en realidad lo más difícil, conservar esa figura que hemos logrado, una vez que volvamos a la vida normal. Y es que es imposible vivir permanentemente a dieta, tanto física como anímicamente.

¿Qué se puede hacer para evitar recuperarlos? Preste atención a estos consejos para combatir definitivamente la obesidad:

Trata de comer todos los días a la misma hora. Esto ayuda a hacer mejor la digestión y, además, impide que sucumbas ante un ataque de hambre.

Si llega la hora de la comida y no tienes hambre, come igual. Puede ser algo liviano como ensalada de frutas, un yogur o alguna verdura. De esta manera, mantendrás el nivel de azúcar estable.

Prepara tus comidas de manera

que resulte apetitosa. Debes tener en claro que comer una ensalada o cualquier otra comida light debe tener tanta elaboración como un plato híper calórico. Adórnala con morrones de distintos colores, tomates, alcaparras, plantas aromáticas, frutas y otros.

Por otra parte, recuerda el refrán que dice: “ojos que no ven, corazón que no siente”.

Lo que significa que debes eliminar de tu despensa y de tu heladera todos los alimentos que tengan un alto

contenido de grasa y de azúcares.

Planea lo que vas a comer durante la semana. Lo peor que puede ocurrirle a una persona que se cuida es quedarse sin menú, ya que es la excusa ideal para comprar comida hecha o una pizza. Dedícale un día del fin de semana para preparar y envasar la comida.

Si tienes un desborde

de ansiedad… Date un baño de inmersión, sal a pasear, habla por teléfono, anda al cine, lee un libro, juega con los niños y si eso no lo calma, come algún alimento de los permitidos, preferentemente de los que hay que masticar bastante. Ellos pueden ser un tallo de apio, gajos de hinojos o una zanahoria.

Visualízate con tu peso ideal

y comienza a mirarte al espejo.

Mirarte en un espejo y ver la imagen que siempre quisiste tener es motivo suficiente para no comer exageradamente. Si esto no te da resultado, pega una foto tuya con exceso de peso en la puerta de la heladera y otra con tu imagen actual. El ver la diferencia te hará mantenerte firme.

El agua es su gran aliado. El agua es uno de los regalos más maravillosos que nos brinda la naturaleza.

No solo ayuda a mantener limpio e hidratado nuestro organismo, sino que brinda la sensación de saciedad.

No tiene calorías, calma la sed y la ansiedad. Por eso, no dejes de beber al menos de 6 a 8 vasos diarios de este líquido. Si no deseas consumir agua en cierto momento, comienza a tomar jugos de frutas frescas, mezcladas con agua.

Antojo por los dulces. Ante esta situación, no hay que salir corriendo en busca de una masita o una caja de bombones; si bien puedes pecar de vez en cuando, lo mejor es recurrir a las barras de cereales, mermeladas light u otro producto de la infinidad que existen en el mercado.

Cuidado con el calcio y las proteínas. Reducir el consumo de grasas no implica que le digas adiós a las proteínas. Si consumes menos de las que debes diariamente (alrededor de unos 45 gramos diarios para una mujer de 61 kilos), puedes sentirse débil y, a la larga, perder músculo y tonicidad.

Recuerda que las proteínas no solo se obtienen comiendo carne, sino que los granos, como los porotos negros, colorados, blancos, los garbanzos, las habas, las semillas, los huevos

y los cereales las contienen en alto

porcentaje.

Tampoco descuides la ingesta de calcio suficiente, lo que es esencial para mantener el espesor de los huesos

y evitar la osteoporosis.

Aprende a tomar notas de todo

lo que comes durante el día. Muchas veces crees que comes poco, cuando en realidad no tenemos en cuenta muchas cositas.

Para no caer en este grave error, con el que puedes acumular muchos kilos extra, un buen recurso es llevar una pequeña libreta y anotar todo.

Así, al final del día, podrás tomarte

un momento para calcular la cantidad de calorías o la cantidad de alimentos que has ingerido durante ese día. Es una buena manera de tener el control.

COMER CON

INTELIGENCIA

Llegaste a un punto en el cual ya tienes muchos hábitos adquiridos, ahora solo es cuestión de mantenerte firme y evitar caer en tentaciones. Aún así tendrás que aprender a mantenerte firme, pero eso no quiere decir que te aisles y que dejes de socializar, solo hay que seguir algunos trucos a la hora de cenar con los amigos.

Por ejemplo: evita los hidratos de carbono para cenar porque el cuerpo tarda más en quemar las calorías que producen. Deja los carbohidratos para el mediodía dado que tendrás toda la jornada para eliminarlos.

Por la noche, elige carne magra, el pescado o el pollo, acompañadas por vegetales y si vienen acompañados de papas fritas, pídelas cocidas o sustitúyelas por otra porción de verduras. A la hora de escoger el postre, lo tienes fácil: ¡siempre fruta!

Durante las comidas, opta por el agua y no por las bebidas carbonatadas.

En cuanto al alcohol, minimiza su consumo, especialmente las bebidas de alta graduación. Bebe despacio, a pequeños sorbitos, para que te dure más, e intenta que sea ante todo vino o cerveza.

Siguiendo estos ejemplos podrás volver a comer fuera, así te das cuenta que no es muy complicado transformar una comida cualquiera en una sana y con pocas calorías.

Y recuerda que no debes volver a picar entre horas, menos los típicos snacks hipercalóricos como chucherías, patatas fritas, dulces. Es mejor optar por un puñado de maníes o nueces.

CONSERVAR EL EQUILIBRIO

Si tu salud y silueta reflejan ya los beneficios de haber realizado una dieta con éxito, te compartimos algunos consejos que te ayudarán a no recuperar esos kilitos. En este mismo sentido, otros consejos de utilidad son los siguientes:

* Trata de ingerir tus alimentos a la misma hora todos los días, ya que esto te ayudará a hacer mejor digestión y evitará que tu estómago te haga reclamos.

* Si llega la hora de la comida y no sientes apetito, trata de comer un aperitivo ligero y saludable, basado en fruta, ensalada, jugo y pan integral para mantener estable su nivel de azúcar.

* Haz las compras en el supermercado cuando no tengas hambre, ya que es más fácil sucumbir a los antojos y adquirir productos poco saludables cuando se tiene apetito.

* Planea tus menús de la semana, incluyendo los de sábado y domingo.

* Practica algún deporte durante 2 ó 3 horas a la semana o durante 30 ó 40 minutos cada día (caminar, subir y bajar las escaleras, jardinería...).

* Los deportes más recomendados son la natación y la bicicleta. Intenta caminar más, prefiere las escaleras antes que el ascensor.

También es importante pedir la ayuda de un médico, sobre todo la de un nutricionista, sirve de mucho a todos los que desean perder peso, ya que evita que se cometan algunos errores.

Permitirse un gustito de vez en cuando

* Pero, también es bueno que cuando vayas a comer a un restaurante o a la casa de tus amigos te permitas comer un poco más. No te preocupes, en las comidas de los días siguientes podrás volver a regular la cantidad de alimentos.

* Programa los intervalos de tiempo entre las comidas en las que podrás comer a gusto (procura que no sean tan cercanas).

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