viernes, 29 de diciembre de 2017

Buena alimentación en estas fiestas

¿Desea comer menos? Quizá sea el momento de intentar una “alimentación consciente”, la idea de una dieta sencilla que realmente funciona. Permítame explicarle cómo puede reemplazar la alimentación inconsciente por la alimentación consciente.

La alimentación inconsciente a menudo nos lleva a comer de más. Gracias a la alimentación consciente, se puede disfrutar más de la comida, incluso comiendo menos.

Aunque nunca hayas escuchado el concepto de alimentación inconsciente, es muy probable que lo hayas experimentado. ¿No recuerdas qué cenaste porque estabas muy concentrado en el programa de televisión que estabas mirando? Eso es alimentación inconsciente. ¿Alguna vez comiste un balde entero de palomitas de maíz en el cine sin siquiera darte cuenta? Eso también es alimentación inconsciente. La alimentación inconsciente es lo que ocurre cuando no estás concentrado en lo que comes y, en realidad, responde a otras señales que no son el hambre que lo impulsa a comer... y comer. Dado que la alimentación inconsciente le hace incorporar muchas más calorías que las que debería consumir, imagine lo que pasaría si cambiara por completo la “alimentación inconsciente” por la “alimentación consciente”.

¿QUÉ ES LA ALIMENTACIÓN INCONSCIENTE?

La alimentación inconsciente es lo que ocurre cuando comes (y comes de más) sin pensar en lo que estás haciendo. Cuando comes de manera inconsciente, no te importa si tienes hambre o no, ni analizas si la porción que estás comiendo es demasiado grande o si la comida tiene buen sabor. Simplemente, comes. Esto ocurre porque no estás prestando atención a las señales internas de tu cuerpo (es decir, aquellas que te indican si tienes hambre o si estás satisfecho). En cambio, responde a otros factores ambientales que te hacen comer de más.

Supongamos que estás comiendo y tu cuerpo te indica que está satisfecho. Si le prestas atención a esta señal corporal, simplemente dejarás de comer, incluso si todavía queda algo de comida en el plato. Sin embargo, si estás comiendo de manera inconsciente, tu cuerpo no te indica que debes dejar de comer. Por el contrario, pasas a depender de factores externos para dejar de comer: el factor que indica que ya no hay más comida en el plato.

¿QUÉ ES LA ALIMENTACIÓN CONSCIENTE?

La alimentación consciente te puede ayudar a comer menos “Herbalife Mindful”. Cuando comes de manera consciente, intentas prestar mayor atención a las señales internas de hambre y saciedad, y además adquieres más conciencia de qué te impulsa a comer en primer lugar.

Cuando te sientas a comer de manera consciente, te involucras más con la experiencia alimentaria. Esto significa que la disfrutarás más y que, probablemente, termines comiendo menos. Comienza a prestar atención al aspecto de la comida en el plato, a los aromas y los sabores. Si estás con otras personas, disfruta de su compañía. Y si estás comiendo solo, siente el placer de concentrarte en tu plato y disfrutar de la comida sin distracciones. Mientras comes de manera consciente y disfrutas más la comida, aprende a sentirte satisfecho con porciones adecuadas, lo cual te ayuda a reducir la tendencia a comer de más. En realidad, comer menos es uno de los resultados de la alimentación consciente. Y, para algunas personas, es un beneficio maravilloso.

CÓMO COMER DE MANERA MÁS CONSCIENTE

Presta atención a por qué comes. En primer lugar, uno de los primeros pasos de la alimentación consciente es prestar más atención a las razones que te impulsan a comer. La idea consiste en ser más consciente y no juzgarse severamente. Llevar un diario de alimentación puede ser algo muy útil. Cuando sientas la necesidad imperiosa de comer, anota qué te genera dicha necesidad. ¿Tienes hambre? ¿Estás cansado? ¿Estás ansioso? ¿Estás aburrido? Además, califica el nivel de hambre con una escala del 1 al 5, donde 1 significa que “no sientes el deseo de comer” y 5 significa que “sientes la necesidad imperiosa de comer”. Al cabo de aproximadamente una semana, analiza tus patrones. Si sueles comer porque estás estresado, debes buscar otras alternativas que te permitan relajarte (como salir a caminar, llamar a un amigo o escribir en su diario). Si observas que tu nivel de hambre antes de sentarte a comer es casi siempre 5, debes mejorar la planificación. Por ejemplo, puedes tener a mano refrigerios saludables, tales como barras proteicas, frutas o un paquete pequeño de nueces de soja.

Presta atención a cuándo comes. ¿Comes cuando tiene hambre? ¿Comes porque el reloj te indica que es la hora de comer? El hambre es una señal interna y, como tal, debería prestarle atención. No debes comer solo porque el reloj te indica que es la hora de comer, a menos que efectivamente tengas hambre.

Presta atención a cómo comes. ¿Comes de pie, en su escritorio mientras trabajas o mientras miras la televisión? En tal caso, es poco probable que estés prestando suficiente atención a tu alimentación. En cambio, intenta ser consciente de cómo se alimenta y siéntate a la mesa para disfrutar de la comida. Coloca un mantel individual en la mesa y pon música; incluso puedes atenuar las luces. Relájate y tómate tu tiempo.

Presta atención a qué comes. Cuando prestas atención a lo que comes, significa que eliges alimentos nutritivos y atractivos. En vez de actuar en base a tus impulsos, tómate el tiempo necesario para pensar en qué deseas comer y qué alimentos saludables te saciarán. Por otra parte, no te estarás alimentando de manera consciente si comes lo primero que tienes a mano solo porque está cerca o si comes una barra dulce porque sacias tus ansias momentáneas.

Presta atención a cuánto comes. Controlar el tamaño de las porciones te ayudará a aprender a identificar cuánta comida necesitas para saciar tu hambre, que puede ser una porción muy inferior a la que deseas comer. Como solemos comer toda la comida que hay en el plato, comienza por servirte porciones más pequeñas que las habituales. Sirve los platos en la cocina en vez de llevar las fuentes a la mesa. De esta manera, no sentirás la tentación de servirte más porciones. Haz la prueba de usar platos más pequeños, para que las porciones parezcan más grandes. Y aprende a dejar de comer cuando estés satisfecho, incluso si esto significa dejar algo de comida en el plato.


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