viernes, 23 de junio de 2017

A comer pescado



En los últimos años la buena fama asociada al pescado ha estado ligada al omega-3, unos ácidos grasos esenciales que no puede producir el cuerpo a partir de otras sustancias

-son “poliinsaturados”- y que se encuentran en abundancia en ciertos tipos de pescado. Por mucho tiempo la ciencia respaldó y animó a su consumo. Estudios sugerían que era bueno para el corazón, el desarrollo del cerebro y el crecimiento.

Propiedades

El omega-3 comenzó a añadirse a ciertos alimentos como la leche, jugos y cereales, y una industria de suplementos de aceite de pescado floreció. Pero más recientemente, otra serie de investigaciones lo vincularon con un mayor riesgo de desarrollo de ciertos tipos de cáncer (como el de próstata) y descartaron que el consumo de suplementos de aceite de pescado redujera el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón.

“La ingesta de pescado desplaza la ingesta de carnes, que sí nos aportan unas grasas menos saludables. Eso lo podemos tener como bastante cierto. Y sólo por eso, ya es interesante comer pescado”, explica el nutricionista Camilo Andrade.

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