martes, 30 de mayo de 2017

Industria del cuidado de la salud es impulsada por 2 ‘ingredientes’



El mayor interés por el cuidado del cuerpo y la necesidad de emprendedores que querían, en principio, solucionar un problema médico personal han impulsado en los últimos años el desarrollo de productos y servicios innovadores o tradicionales para la salud.

Emprendimientos para reducir el estrés laboral con ejercicios en horario de trabajo, masajes antiestrés en la oficina, alimentos sanos y deliciosos como los postres sin azúcar e iniciativas, principalmente, de venta de comida ecológica y balanceada son algunos de los negocios que ha permitido desarrollar esta nueva industria.

“Yo no puedo tener hijos hasta ahora. He peregrinado por todos y cada uno de los médicos de La Paz y Cochabamba con muchas entrevistas, diagnósticos, tratamientos y operaciones para tratar de embarazarme”, cuenta la abogada Mónica Céspedes, desarrolladora de las pastillas Nutragest, que la empresa Solnat vende en la sede de gobierno desde 2015.

Ese suplemento nutricional hecho a base de quinua, amaranto y otros productos naturales y ecológicos prepara a la mujer “para dar a luz y para la lactancia”.

Céspedes creó este producto de venta libre con la ayuda de profesionales en la materia y tras haber pasado 10 años de su vida investigando sobre todas las formas posibles para engendrar un hijo. “Vi cómo podía fortalecerme emocionalmente y encontré ciertas cosas que debía tomar para que mejore mi balance hormonal. Así logré un mejor conocimiento de algunos productos que beneficiaban” al cuerpo femenino, dice.

Otro caso es el de María Pia Giussani, una especialista en marketing y ventas que se convirtió en experta hornera a raíz de los problemas de digestión que tenían sus hijos y su exesposo y luego de que se percatara de que “las alergias al gluten” que tenían ellos se debían a que eran celiacos.

A diferencia de lo que sucede en otros países de la región, “vi que en Bolivia no había en general mucha información” sobre la intolerancia al gluten. “Así que investigué por mucho tiempo sobre esta condición y aprendí que se subsana con una dieta estricta”, recuerda Giussani, quien es hoy gerente propietaria de la panificadora paceña Cocina Sin Gluten.

“Desde 2012 empecé a elaborar pan con harinas alternativas” como la quinua, arroz, yuca, garbanzo, lenteja y otras muchas que hay en Bolivia. “También hice galletas y prepizzas. Me fue bastante bien”. Desde hace dos años “vendo mis productos en supermercados”, donde han tenido la “aceptación de varios clientes”, sostiene.

Una de las tantas iniciativas que nacieron en Santa Cruz por la necesidad de tener una “buena alimentación” es Natural Center.

“Desde hace tres años trabajamos con mi socia Yani Cuéllar —quien es nutricionista— en atender la necesidad que tienen las empresas de contar con comida más saludable”, indica Viviana Álvarez, administradora de empresas a cargo del servicio de catering, que ofrece dietas para bajar de peso “totalmente equilibradas” y en las que están incluidos todos los tipos de alimentos. La idea de tener un negocio de venta de comida saludable nació cuando el papá de Álvarez enfermó con cáncer y luego de que ella trabajara en un banco. “Eso de comer en pensiones daña la salud. Lo viví en carne propia. Mis compañeros de trabajo siempre estaban enfermitos por comer grasas y alimentos mal manipulados. Incluso vi que la mala alimentación les provocó operaciones”, recuerda.

“Cuando uno quiere un cambio de estilo de vida busca alimentarse mejor y eso ha generado una industria. Ahora todo el mundo quiere poner un catering saludable”, declara Mónica Barrera, nutricionista clínica y docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la UMSA.

Interés. Alejandra Rojas, secretaria ejecutiva copropietaria del servicio paceño de catering “Como en casa”, expresa que la comida más saludable ha ganado más adeptos en los últimos años. “Al principio, en 2012, los pedidos de menús normales eran el 70% y los menús de dieta el 30%. Ahora, la relación es de 50-50”. El menú de dieta cuesta lo mismo que el normal, solo que no tiene aceite y carbohidratos, las carnes son a la plancha y viene acompañado de ensaladas, detalla.

Barrera se anima a decir que de cada 10 bolivianos “tres son los que buscan una vida saludable”, lo que está en función de la capacidad de ingresos económicos y niveles de educación de la persona.

Viviana Castillo, clienta de un servicio de catering desde diciembre del año pasado, menciona que decidió “comer sano” luego de que le diagnosticaron que sus niveles de azúcar y triglicéridos estaban altos. “Por eso cambié a un menú con ensaladas y proteínas. Cada día pago Bs 15 por el plato y me siento mejor”.

Sin embargo, Barrera recomienda tener “cuidado” al momento de optar por uno de estos servicios. “En nuestro país cualquier aficionado o profesional del arte culinario no es nutricionista y no puede hacer un plan de alimentación, porque esa no es su función. Hay que buscar los catering que estén administrados por profesionales del área” de nutrición y dietética, recomienda.

Otro de los nuevos productos para cuidar el cuerpo es el agua ionizada que se comercializa en La Paz, “única en Bolivia” por sus propiedades, según Cinda Obando, gerente de la empresa Ion Life, quien tras haber investigado sobre las propiedades del producto comenzó a consumir el líquido para combatir una enfermedad que la puso a un paso del cáncer.

“En unos meses me sentí mejor y la dolencia fue revertida (...). Es un agua que hidrata seis veces más que la tradicional” y que soluciona problemas de estreñimiento, desintoxica el organismo y ayuda a que trabaje mejor el páncreas, además de ser anticancerígeno y antioxidante, precisa la emprendedora con estudios en nutrición y medicina alternativa.

Carmen Castañeda, gerente del centro terapéutico y spa Casa Luna, inició también su negocio de tratamientos con biomagnetismo, reflexología, reiki y yoga para solucionar un problema que tenía en la columna, el cual fue en parte corregido gracias a estas prácticas. “Con este servicio se tratan especialmente el estrés, la depresión y la ansiedad (...). La gente muestra interés por estas terapias porque busca soluciones a sus problemas de salud, físicos, mentales y emocionales”, manifiesta.

Hay épocas del año, cuenta, en las que se incrementa el número de clientes. “Fin de año es una época de mucho movimiento porque la gente tiene muchas obligaciones económicas, sociales y laborales que cumplir. Pero siempre las personas tienen que visitar a su médicos, muchos de los cuales recomiendan estas terapias como complementos a sus tratamientos”, sostiene Castañeda.

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