lunes, 20 de marzo de 2017

La vida sin gluten

NTOLERANCIA | ESCONDIDO DE MIL MANERAS EN MILLARES DE ALIMENTOS, EL GLUTEN ES UNA PROTEÍNA AMORFA QUE SE ENCUENTRA EN LA SEMILLA DE MUCHOS CEREALES Y HACE LA VIDA IMPOSIBLE A LOS CELÍACOS.

La intolerancia al gluten puede provocar enormes problemas digestivos. Esta patología crónica “solo tiene un tratamiento eficaz: la dieta sin gluten”, recuerda la nutricionista española Sara Martínez, en una entrevista publicada por Efe Salud. Ello obliga al celíaco (intolerante al gluten) a evitar todos los alimentos que contengan trigo, cebada, centena y derivados, por lo que aconseja, ante todo llenar la nevera de productos naturales.

Así dicho puede resultar muy fácil, y es verdad que cada vez hay más productos en los supermercados que marcan muy claro el alimento sin gluten, pero Paqui Gallego, una paciente a la que le diagnosticaron su dolencia cuando tenía 30, nos explica sus trucos tras diez años de experiencia.

La primera regla de oro para evitar cualquier peligro es comer productos naturales, ya que los manufacturados tienen un mayor riesgo de estar contaminados o de contener trazas de gluten, y te puedes llevar muchas sorpresas.

Si sales a comer fuera, mejor ir a un restaurante en el que sabes cocinan sin gluten. Si el bar es desconocido: la ensalada y el filete a la plancha son una opción segura, “pero incluso si en el menú del día hay lentejas desconfía: han podido mezclar la salsa con algo de harina”.

Paqui Gallego siempre pregunta: unas simples papas fritas también esconden peligro, el aceite donde se fríen, advierte, pudo haberse utilizado anteriormente para cualquier rebozado.



CELIACO A LOS 60

La enfermedad celíaca puede presentarse a cualquier edad. De hecho actualmente se estima que el 20 por ciento de los pacientes tiene más de 60 años en el momento del diagnóstico.

Así lo explican las investigadoras del CSIC Yolanda Sanz, María del Carmen Cénit y Marta Olivares en su libro “¿Qué sabemos de? La enfermedad celíaca”, donde exponen que la epidemiología de esta dolencia es a menudo comparada con un iceberg, ya que los enfermos diagnosticados conformarían la punta que se ve sobre la superficie del mar.

Ello se deba a la falta de sintomatología y/o a la aparición de otros síntomas no clásicos. Es importante tener en cuenta, advierten las tres investigadoras, que la mayor parte de los síntomas de la enfermedad aparecen como consecuencia de la mala absorción de nutrientes.

Así la diarrea era el síntoma más frecuente hace 50 años, pero en la actualidad está presente en menos del 50%.

La distensión abdominal, seguido de la flatulencia y/o dolor abdominal, se presentan hoy como síntomas consistentes. Hay síntomas secundarios como la pérdida de peso, el retraso del crecimiento o la diarrea.

Pero en el grupo de pacientes “no clásico” la clínica puede ser muy variada: aftas orales, infertilidad, problemas neurológicos, irritabilidad, fatiga crónica, osteoporosis… La aparición de algunos de estos suele estar ligado a etapas más adultas, refieren las investigadoras.

Finalmente indican que la frecuencia de desarrollo de enfermedades autoinmunes es considerablemente mayor en pacientes con enfermedades celíacas que en la población general, y destaca por su frecuencia la diabetes Mellitus tipo 1 o las cirrosis biliar primaria, entre otras.



¿QUÉ ES SER CELÍACO?

La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten del trigo, cebada y centeno. Afecta preferentemente al intestino, es de naturaleza autoinmune y se presenta en personas predispuestas genéticamente.

No es fácil realizar una dieta sin gluten en los países occidentales, donde el trigo es el cereal más consumido. A pesar de existir una amplia gama de productos especiales sin gluten (harinas de cereales para la elaboración doméstica, panes precocinados, pastas, pizzas, dulces, etc.) hay muchos alimentos que contienen trazas de gluten, aditivos o espesantes con gluten o se han podido contaminar de otros productos con gluten en su proceso de fabricación, algunos de los cuales ni imaginas. Por ello, el día a día como celíaco comienza cambiando todos los hábitos, ya que no se puede comer cualquier cosa ni en cualquier lugar.

En la cocina, se debe tomar precauciones para evitar que los alimentos se contaminen: diferentes utensilios (cuchillos, tablas de cortar, sartenes, etc.), no reutilizar aceites en los que se hayan cocinado previamente alimentos con gluten (rebozados, por ejemplo), y evitar alimentos que hayan estado en contacto con harinas, como un embutido sobre un pan.

Como celíaco, comer fuera de casa conlleva una serie de atenciones que no se debe descuidar. En primer lugar, advertir al camarero que se es celíaco – que se debe llevar una dieta sin gluten – y preguntar, sin vergüenza alguna, los ingredientes y el modo de elaboración de cada plato, para asegurarse que no se contamine con otros. En los casos de platos aptos para celíacos, como ensaladas o platos a la plancha, sólo se deberá solicitar utensilios limpios.

Todo esto puede parecer algo desmesurado, pero la dieta debe estar exenta de gluten por insignificante que sea, tanto como 200 miligramos al día, pues puede presentar alteraciones intestinales que son la llamada a la puerta de complicaciones futuras.





¿CÓMO SABER QUE SU HIJO ES CELÍACO?

Es muy importante sospechar esta enfermedad en aquellos niños con síntomas o pertenecientes a grupos de riesgo (familiares de celíacos):



• En los niños entre 9 y 24 meses, son frecuentes las náuseas, vómitos, diarreas, distensión abdominal…



• Después de los tres años son frecuentes las deposiciones blandas, talla baja, anemias y alteraciones del carácter.



• En los adolescentes, suele ser asintomática y en adultos, los síntomas más frecuentes son inespecíficos: la fatiga, los dolores abdominales, meteorismo (gases), anemia, estreñimiento… por lo que frecuentemente son diagnosticados de síndrome de intestino irritable.



• Son frecuentes las complicaciones en la evolución de la enfermedad cuando el diagnóstico no se realiza precozmente o en pacientes diagnosticados de celiaquía que no siguen una dieta estricta sin gluten; es fundamental el seguimiento médico y dietético del paciente desde el momento del diagnóstico.

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