jueves, 19 de enero de 2017

Los mitos de las dietas Post Navidad



Con el cargo de conciencia que llega en enero, cuando constatamos que la ropa queda un poco más ajustada, también aparece la determinación para deshacerse de esos kilos a la brevedad posible.

Con este objetivo, muchas personas recurren a dietas extremas o procesos de desintoxicación que suelen incluir el consumo de hierbas, suplementos alimenticios, productos que se catalogan como naturales y mucho, mucho líquido.

Pero esta combinación puede tener efectos nocivos en el organismo.

Un caso presentado en la publicación médica British Medical Journal hace pocos días, refiere las consecuencias que puede tener la ingesta en demasía de hierbas y líquidos.

"El concepto de consumir agua y líquidos en exceso como una forma de limpiar y purificar el cuerpo es muy popular", se lee en la revista.

"También lo es el de desintoxicación de Año Nuevo utilizando productos naturales. Pero su consumo trae, inevitablemente, efectos secundarios", advierten en la publicación los especialistas que atendieron el caso.

Los doctores cuentan ahí que tras presentar un cuadro de comportamiento errático, confusión, convulsiones y bruxismo, una mujer de 47 años fue internada en la unidad de terapia intensiva en un hospital en Inglaterra.

En los días previos, había consumido agua y distintos tipos de té con frecuencia, así como hierbas que incluían la valeriana, además de vitaminas y probióticos.

Los médicos que la atendieron concluyeron que sus síntomas estaban vinculados con la ingesta de los días que precedieron a su internación.

La paciente recibió un diagnóstico de hiponatremia, una condición que puede ser peligrosa y se caracteriza por la disminución en la sangre de los niveles de sodio, un electrolito que ayuda a controlar la cantidad de agua en las células.

Calorías vacías

La nutricionista Amil López Viéitez, autora del blog La Dieta Coherente, tiene el panorama claro, respecto a los kilos ganados a fin de año.

“Esos kilos son casi siempre de calorías vacías que vienen, por una parte, de los azúcares ocultos que están en los postres navideños; y por otra de las procedentes del alcohol, que no aportan nutrientes. Piensa que en una comida de Navidad o en una cena de empresa podemos consumir unas 1500 calorías, casi lo que necesita una mujer normal (2000 calorías) en todo el día”.

¿Hay que desintoxicarse?

En lo que respecta al concepto de desintoxicación, la Asociación Dietética Británica considera que la idea no tiene sentido.

"No hay bebidas ni pastillas que hagan magia. El cuerpo tiene varios órganos que se encargan de desintoxicar al cuerpo continuamente: la piel, los riñones, el hígado y los intestinos", refiere un portavoz de la organización.

Y Laura Wyness, nutricionista e investigadora del Centro para el Desarrollo y la Innovación Alimenticia en Escocia, Reino Unido, dijo en una entrevista con BBC Mundo que coincide con ese punto.

"La desintoxicación es un mito publicitario, no un hecho nutricional. Requiere ayuno y consumo excesivo de líquidos, lo que puede reflejar una pérdida de peso en la balanza, pero lo que se elimina en estos casos es agua, músculo y los carbohidratos que el cuerpo almacena, no grasa".

Y continúa: "Cuando la desintoxicación se deja de hacer, la persona se siente más cansada y tiene menos energía. Y lo más probable es que esos kilos que perdió, regresen con rapidez".



¿QUÉ HACER?

Hay, sin embargo, acciones que se pueden tomar para eliminar ese peso adicional que dejaron las fiestas de fin de año de forma efectiva, saludable y sin riesgos para salud.

La nutricionista Laura Wyness da estas recomendaciones para deshacerse de lo que dejaron los excesos navideños.

1. Sé realista. Se deben fijar objetivos que se puedan cumplir, por ejemplo, perder entre medio y un kilo a la semana.

2. Aléjate de las dietas que prometen una rápida eliminación de peso y de las que prohíben el consumo de ciertos grupos alimenticios. Este tipo de regímenes no son sostenibles y pueden ocasionar deficiencias nutricionales.

3. Organízate. Lleva un diario de lo que comes diariamente, eso te permitirá evitar el consumo de productos que no son saludables y planificar tu día, de manera que puedas tener a mano alimentos que son buenos para tu organismo y que puedes comer apenas sientas hambre.

4. Empieza progresivamente. Es útil introducir un par de cambios pequeños en tu dieta y tu rutina y tomar nota de ellos. Por ejemplo: saldré a caminar por 20 minutos a la hora del almuerzo, incrementaré mi consumo de futas añadiendo dos porciones diarias.

5. Una vez que eso sea parte regular de tu día, puedes añadir más cambios. Las modificaciones regulares, aunque parezcan menores, son muy beneficiosas. Como referencia, considera que una capa gruesa de mantequilla en un pan tiene alrededor de 100 calorías.

6. Evita las distracciones cuando estés comiendo. Hacer alguna actividad mientras comes puede ocasionar que consumas más de lo que necesitas. Un clásico ejemplo es el de ver televisión.

7. Come lento, disfruta los sabores y mastica bien la comida, recuerda que el cerebro necesita 15 minutos para recibir el mensaje del estómago: estoy lleno.

8. Busca ayuda

El apoyo de un amigo, un familiar o incluso un grupo en internet puede hacer una gran diferencia para lograr que no te desvíes y olvides tu objetivo: perder peso comiendo de una manera saludable.



¿CÓMO DEBE SER UN PLATO DE COMIDA?

La nutricionista Laura Wynness también recomienda que cuando estés preparando lo que vas a comer, te asegures de que los vegetales ocupan la mitad del plato, que en un cuarto haya proteínas (como pescado, huevo o carne magra) y que el otro cuarto del plato tenga almidones, como papas o pasta integral.

La clave está en la variedad: más colores equivalen a más nutrientes. Y también recomienda picotear sólo si tienes hambre y hacer tres comidas balanceadas cada día.

Como explica la nutricionista, a veces puedes creer que tienes hambre, pero puede ser que en realidad tengas sed o estés aburrido. Así que, primero, toma un poco de agua.

Que tu objetivo sea incluir en las comidas cinco porciones de fruta y de vegetales diarios (una porción es lo que te cabe en una mano).

Y recuerda que no hay una solución rápida ni mágica, tienes que estar consciente de qué es lo que puedes hacer e introducir los cambios de manera gradual.

Esta información no debe tomarse como una alternativa a la consulta médica. En cualquier aspecto relacionado con la salud, se recomienda seguir las indicaciones de un especialista.


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