domingo, 11 de septiembre de 2016

La tendencia millennial por lo saludable crece en Santa Cruz

Quizás ninguna generación en la historia se ha preocupado tanto por su bienestar como los millennials. El hecho de haber visto cómo los malos hábitos causaron problemas de salud en las generaciones precedentes y el impacto de sus hábitos en el medioambiente, hace que los jóvenes actuales opten por un estilo de vida consciente en todo sentido: desde lo que comen hasta la ropa que visten.

El bienestar millennial es un cóctel de tres elementos clave: la alimentación, la actividad física moderada y los hábitos de consumo responsable, como reciclar materiales o no usar nada de plástico. Todo en aras de estar en paz consigo mismos y con la naturaleza.

“Yo creo que este cambio mental se debe a que a nosotros nos ha tocado vivir las primeras consecuencias de las acciones de nuestros padres. Desde cambios climáticos ocasionados por el consumismo extremo y falta de conciencia, hasta el desmedido capitalismo global que pone las ganancias empresariales antes de la salud y bienestar del consumidor,” dice Valeria Hinojosa (28), fundadora de un blog de estilo de vida consciente que tiene miles de seguidores.

Para ella, todo es cuestión de una conexión armoniosa entre cuerpo, mente y alma. Si tuviera que elegir tres elementos claves para alcanzar esa armonía no duda en mencionar la práctica habitual de yoga, llevar una dieta vegana y consumir de forma consciente, para apoyar prácticas ecológicas, de comercio justo e innovadoras.

Valeria, que nació en Bolivia pero vive hace ocho años en Miami (Estados Unidos), trata de transmitir esa filosofía a sus seguidores en Instagram, donde tiene más de 21.000 seguidores o Facebook, donde acumula cerca de 3.000 ‘likes’.

¿Majadito de quinua light?
El movimiento saludable está en crecimiento en Santa Cruz y prueba de ello cada vez hay más opciones para satisfacer a esa exigente clientela.
En los últimos años se abrieron restaurantes vegetarianos, centros para practicar actividades físicas alternativas a las tradicionales y tiendas que ofrecen productos naturales y ecológicos. “Creo que se ha llegado a comprender que el estar sano no es la ausencia de enfermedad, sino un estado de completo bienestar físico, mental, social y espiritual también”, manifiesta Gretel Stehli, propietaria de un empresa catering que responde a la demanda saludable con almuerzos que llevan alimentos nutritivos y son preparados sin grasas.

Como su empresa, varias otras ofrecen lo que hace unas décadas posiblemente hubiera sido un rotundo fracaso y sin embargo hoy es un éxito: jugos de vegetales con semillas, delivery de ensaladas o majadito de quinua con carne de soya. “El movimiento consciente en Bolivia está creciendo poco a poco. Desde restaurantes veganos y vegetarianos, hasta estudios de yoga y productos de belleza y medicina natural. También es muy gratificante ver que no solo hay un mercado sino también una demanda”, asegura Valeria.

Una búsqueda rápida en internet muestra que en Santa Cruz hay oferta para todos: empresas que se dedican a hacer jugos exóticos y nutritivos, ideales para los ‘juicers’; líneas de productos sin gluten y varios restaurantes veganos.

El lado oscuro
Hay muchas filosofías nutritivas, hay quienes piensan que el hombre del Paleolítico se alimentaba mejor y le declaran la guerra a los carbohidratos; los que comen todo crudo o los que sobreviven a base de zumos y batidos. El objetivo es el mismo, alimentarse de la mejor forma posible, pero cuando se exagera puede volverse una obsesión enfermiza y generar incluso complicaciones de salud. Ese trastorno tiene nombre: ortorexia.

La sicóloga Laura Moscoso recomienda informarse de fuentes confiables, como nutricionistas y médicos, qué es lo mejor para cada persona y no dejarse llevar solo por tendencias

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