miércoles, 1 de junio de 2016

El poder de las legumbres

La humanidad afronta grandes desafíos nutricionales en este siglo. Cientos de millones de casos de obesidad contrastan con un mayor número de personas que sufren de hambre crónica. Alcanzar un equilibrio nutricional es el problema, ya sea a causa del sobreconsumo –la obesidad es una epidemia que afecta a más de 500 millones de personas– o debido a carencias alimenticias –más de 800 millones de individuos sufren de hambre crónica–. Las legumbres brindan solución a ambos problemas.

"Frijoles, habas, garbanzos, lentejas y guisantes secos son fundamentales en una dieta saludable y además para alimentar la creciente población mundial que se espera llegue a los nueve mil millones hacia 2050, se estima que habrá que aumentar en un 70 por ciento su producción agrícola", señala la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

Superar el hambre y la malnutrición en el siglo XXI significa aumentar tanto la cantidad como la calidad de los alimentos y simultáneamente asegurarnos de producir alimentos de manera sostenible, con eficacia y seguridad.

Las legumbres han sido parte esencial de la alimentación humana desde hace siglos. Sin embargo, su valor nutricional, en general, no es reconocido y con frecuencia su consumo no se valora lo suficiente. Esta falta de reconocimiento es inmerecida, puesto que las legumbres desempeñan una función crucial en la alimentación saludable, en la producción sostenible de alimentos y, sobre todo, en la seguridad alimentaria.

Medio ambiente y agricultura

Las legumbres favorecen el medio ambiente y la agricultura: presentan particularidades que les permiten nutrir los suelos y mejorar su fertilidad. Estas plantas han desarrollado una simbiosis con determinados tipos de bacterias que viven en sus raíces y que pueden convertir el nitrógeno atmosférico en compuestos minerales directamente accesibles a las plantas en el suelo.

Según la FAO, algunas variedades de legumbres son, además, capaces de liberar fósforo que aumenta la fertilidad del suelo. Los agricultores las usan desde tiempos remotos, en las rotaciones o en sistemas de cultivos múltiples. Son plantas aliadas, bastante resistentes a la sequía y que pueden suministrar aguas subterráneas para los otros cultivos.

Así, debido a que su cultivo contribuye a fijar el nitrógeno en el suelo, los agricultores no dependen tanto de los fertilizantes químicos, reduciendo la huella de carbono y mejorando la salud de los suelos y la biodiversidad.

Además, la rotación de cultivos, el cultivo intercalado y el de relevo de legumbres con maíz mejoran la productividad de la tierra, haciendo que los sistemas de maíz y legumbres resulten especialmente adecuados para los pequeños agricultores.

"El cultivo intercalado de maíz y frijoles es una práctica tradicional de los campesinos en pequeña escala de América Latina, especialmente en las zonas montañosas donde escasea la tierra", señala en un artículo Raúl Benítez, representante regional de la FAO.

Explica que la rotación de leguminosas puede incrementar los rendimientos del maíz en un 25 por ciento, y el maíz intercalado con leguminosas siguiendo los principios de la agricultura de conservación, produce un 33 por ciento más que el monocultivo.

Para la FAO, la gran diversidad de frijoles y otras legumbres en la región representa un tesoro genético único, necesario para crear nuevas variedades que nos ayudarán a hacer frente al cambio climático y ampliar el acceso a alimentos para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional. Sin embargo, en muchas comunidades de la región se están perdiendo variedades ancestrales de legumbres, por causa de la homogenización global, que privilegia sólo un puñado de cultivos y alimentos, desmereciendo otros.



VARIEDAD

Hay más de 20.000 especies de legumbres que superan los 700 géneros. Algunas son ampliamente conocidas y otras tienen influencia en ciertas áreas geográficas concretas.



FERNANDO A. CANEDO ROJAS

Especialista en incidencia para el desarrollo sostenible. Plataforma Nacional de Suelos-Bolivia.

Las legumbres son una fuente esencial de proteínas y aminoácidos de origen vegetal para la población y se deben consumir como parte de una dieta saludable para combatir la obesidad y prevenir y ayudar a controlar enfermedades como la diabetes, las afecciones coronarias y el cáncer. También son una importante fuente de proteína de origen vegetal para los animales.

Además, las legumbres son plantas leguminosas que tienen la propiedad de fijar el nitrógeno, lo que puede contribuir a aumentar la fertilidad del suelo y que tienen efectos positivos en el medio ambiente.

La Plataforma Nacional de Suelos para una agricultura sostenible en Bolivia enfoca de manera decidida el fomento de la agroecología basada en la preservación de las bases productivas: agua, suelos vegetación y semillas, como la premisa para asegurar la producción, comercialización y consumo de alimentos en forma orgánica y/o natural en el país.

El esfuerzo de 52 instituciones en el altiplano, valles, trópico amazónico, el sur del país y Cochabamba promueven a diario acciones difundiendo, sensibilizando y generando propuestas de políticas públicas para una agricultura sostenible.

El trabajo de pequeños agricultores con los que se trabaja requiere de políticas públicas decididas para el fortalecimiento de estas iniciativas y propuestas productivas para fortalecer la agricultura familiar.

En Bolivia 92 por ciento de los productores son pequeños agricultores, sin embargo, el 8 por ciento restante son grandes empresas industriales que producen y transforman los alimentos en forma convencional con bastante utilización de agrotóxicos lo que repercute en la salud de la población.

El apoyo muy acertado de Misereor, obra social de la iglesia católica Alemana, promueve y fortalece estas acciones en el país y en otras latitudes.

Mejoran la fertilidad del suelo

En su generalidad las legumbres son buenas por liberar fósforo, acumulan carbono en el suelo más que los cereales o pastos y fijan nitrógeno atmosférico en los suelos fertilizándolos. Al igual que otras leguminosas, las legumbres ayudan a aumentar la materia orgánica, la biomasa y la actividad microbiana (como bacterias, hongos) en el suelo mejorando su estructura y la capacidad de retención de agua, ayudando a la vez a reducir la erosión eólica e hídrica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario