domingo, 21 de febrero de 2016

Verdades y mentiras sobre la leche

Alimento en cuestión

ABC.ES

La leche es uno de los alimentos sobre los que más mitos existen respecto a su aporte calórico y sus beneficios sobre la salud.

¿Sabes cuántos vasos de leche son recomendables cada día? ¿qué beneficios para la salud aporta este alimento? o ¿es malo su consumo?

Pero qué hay de verdad (o de mentira) en todas esas leyendas. La marca Kaiku Sin Lactosa ha emitido en una nota de prensa en la que desvela muchas certezas sobre la leche y tira por

tierra otras afirmaciones.

Para una dieta más equilibrada



1. No beber leche ayuda

a la pérdida de peso. Falso.

Al contrario. Según el organismo de Dietistas de Canadá,

la leche ayuda a la pérdida

de peso en el contexto de una dieta equilibrada.

El motivo es que los productos lácteos son ricos en proteínas, ayudando a controlar el hambre y a reducir las calorías consumidas por impulso.

2. El consumo de leche

no solo afecta a los huesos. Verdadero.

Si bien es cierto que el aporte de calcio de la leche (sobre todo, las enriquecidas en este mineral) ayuda a fortalecer los huesos, son los músculos los grandes beneficiados del consumo diario de este producto lácteo.

Los estudios desarrollados con deportistas y con personas expuestas a una alta carga de trabajo demuestran que la leche mantiene los niveles de energía del cuerpo, al tiempo que ayuda a crecer su masa muscular.

Más datos: la caseína y la proteína del lactosuero de la leche vacuna, como otras fuentes de proteínas, pueden ayudar a reconstruir el músculo que quedó debilitado después de una sesión de entrena-miento y volverlo más fuerte.

Además, la leche ayuda a

mejorar los resultados de los ejercicios.

Para intolerantes a la lactosa

3. Todas las leches sin

lactosa son iguales. Falso.

La leche sin lactosa está viviendo una época dorada: ligeras, digestivas y para todos los públicos.

Sin embargo, no todas son iguales: existen leches bajas en lactosa y leches sin lactosa. Las primeras tienen un contenido en lactosa inferior a la leche en su estado natural (desde 0,1 gr hasta 0,6 gr por cada 100 ml frente a los 4,7 de la leche normal); mientras que la leche sin lactosa tiene un contenido inferior a 0,01 gr por 100 ml, resultando más efectiva en la protección de las digestiones y en la sensación de ligereza proporcionada.

4. La leche desnatada ayuda contra la hipertensión. Verdadero.

Existe un método alimenticio llamado DASH recomendado para personas con hipertensión, con el objetivo de paliar esta condición empezando desde la propia alimentación. Este método incluye dos o tres raciones de leche semidesnatada o desnatada al día, porque su contenido en magnesio, calcio, vitamina D y potasio ayudan a reducir la hipertensión.

Tener una tensión arterial superior a 135/85 mm de Hg está relacionada con un mayor riesgo cardiovascular y de muerte prematura.

Diferentes tipos de lácteos

5. Un vaso de leche al día es suficiente para lograr

la cantidad diaria recomendada de nutrientes derivados de lácteos. Falso.

Aunque no se debe desdeñar el aporte nutricional derivado de un vaso de leche, son recomendables por lo menos dos, o uno de leche más un derivado lácteo como los yogures. Con el objetivo de alcanzar la cantidad diaria recomendada, se puede introducir la leche en recetas en las que sustituya al agua o consumir batidos como almuerzo o merienda.

Por otro lado, los amantes

del vaso de leche antes de ir a dormir tienen buenas noticias: ayuda a reducir el estrés y relajar los nervios. Mejor si se la toma tibia.

6. Los distintos tipos

de leche saben igual. Falso.

La leche entera, semidesnatada o desnatada proveen al organismo los mismos electrolitos y minerales, pero nuestro paladar las siente de manera diferente.

La leche entera tiene un sabor más intenso y apetitoso, con una textura suave; la leche

semidesnatada es sabrosa con una textura más fluida que ayuda a saciar la sed.

Más datos: la reducción de la grasa contribuye a la disminución de la cantidad de calorías que se consume.

La leche semidesnatada

tiene aproximadamente dos tercios de las calorías de la

leche entera, y la desnatada solo la mitad.

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