jueves, 25 de febrero de 2016

Semillas, flores y sales para tu salud.

Después de un día largo y estresante, nada mejor que regalarle calma a tu cuerpo y relax a tus músculos. Para ese fin, no basta con una siesta o con tomar algunos energizantes para restablecer tu vitalidad. Según la fisioterapeuta Amalia Cardona, muchas personas creen que con dormir y tomar algún suplemento quedarán como nuevas. Pero, “en realidad hay que hacerle mantenimiento al organismo; así como con los autos, los músculos necesitan fortalecerse, aflojarse y descansar adecuadamente”.

La solución no siempre consiste en tomar vitaminas, lo mejor es buscar alternativas naturales que te den el alivio que necesitas. Para ello, el ingenio ha encontrado en la naturaleza la aliada perfecta para sentir tranquilidad, sin tensión, dolor, ni fatiga.

Eliana Aguiar de Vela, de Supreme Natural, empresa que ha desarrollado algunos productos para esta demanda, sugiere las bolsas térmicas y los baños de sal para unas sesiones de desestrés.

Las primeras son de tela y en su interior albergan flores, semillas y esencias naturales en su estado natural. “Es decir que no han pasado por ningún proceso químico ni de industrialización, por lo que conservan todas sus propiedades. Por esta característica las bolsitas están reconocidas con la distinción internacional Gold Star Quality”.

La oferta llega en tres aromas florales, una de jazmín, otra de lavanda y la tercera de bergamota. Todas están pensadas para aliviar dolores e inflamaciones gracias a las semillas naturales que contienen. “También ayudan a disminuir las tensiones musculares, los cólicos menstruales y, por otra parte, la ansiedad, el estrés y el cansancio”.

Pero, ¿cómo funcionan? Las semillas emanan sus propiedades a efecto de la temperatura, sea con calor o frío. En el primer caso, basta con meter la bolsa al microondas por un minuto aproximadamente. También puede ser calentada en un horno convencional, si antes se la envuelve en papel aluminio.

Una vez caliente, cumple las funciones mencionadas, además de ser útil para entibiar la cama, tal como una bolsa de agua, pero con un delicioso aroma y sin riesgos de derrames ni quemaduras.

En el segundo caso, las bolsas frías, a diferencia de las otras, cuentan con una envoltura plástica y hermética. “Éstas son para dolores de cabeza, inflamaciones odontológicas y otros malestares que el médico sugiera una aplicación de hielo”.

Cabe mencionar que todos los materiales e insumos que se usan para estas bolsitas son inocuos. “No usamos acetato sódico (producto altamente peligroso al contacto con la piel)”, asegura su fabricante.

Sin embargo, no están indicadas para menores de 12 años, por riesgos inherentes a la manipulación del producto y no así por sus ingredientes.

La vida útil de la bolsa depende de la continuidad de su uso. “A medida que se la va utilizando, las semillas y flores comienzan a desprender los aceites esenciales que potencian su efecto”, señala la especialista. Por otra parte, se recomienda guardarla en lugares húmedos, como los baños, para que se renueve su potencia, evitando siempre mojarla.

Y si se habla de las sales de baño, Aguiar las recomienda por sus beneficios antioxidantes y reconstituyentes para el organismo. “También cuida la piel con propiedades que brinda la naturaleza”, como la exfoliación, que sirve para retirar impurezas y células muertas de la dermis, dejándola lozana.

Tanto las bolsas como las sales cuentan con empaques ecológicos y reutilizables. “Están producidas en algodón procesado en tocuyo y aguayo”. Las encuentras en perfumerías, farmacias y supermercados.

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