jueves, 10 de septiembre de 2015

Verduras y frutas en su estado natural

Cada vez son más las personas que toman conciencia sobre los hábitos alimenticios que llevan diariamente y desde hace algún tiempo se viene imponiendo la dieta crudivegana. Conocida también como “rawfood”, comenta María Regina Arrién, nutricionista y dietista, consiste en una alimentación vegetariana basada en alimentos frescos y germinados, es decir, tal y como los ofrece la naturaleza sin ningún tiempo de cocción con el objetivo de aprovechar mejor toda la vitalidad nutricional que el ser humano necesita.

Libre de sustancias. Según los promotores del crudiveganismo, explica Arrién, este sería el mejor tipo de alimentación para promover y recuperar la salud debido a que este régimen sería para el que el organismo humano habría sido diseñado por la naturaleza, además de ser el único régimen no tóxico, considerando que actualmente en la ingesta del ser humano abundan alimentos cocidos, embutidos, azúcares y sal, que han pasado por toda clase de procesos, perdiendo así la mayoría de sus nutrientes y que están provocando la obesidad.

Conservan sus componentes originales. La nutricionista y dietista Rita Medina resalta que los alimentos vivos poseen energía vital, no pierden vitaminas ni minerales de origen. Poseen su esencia aromática y sabor natural, además son de fácil digestión, no producen pesadez ni sueño después de comer y ayudan a eliminar bacterias putrefaccientes que generan flora colónica favorable y son mucógenos. Asimismo, evita las carnes.

Equilibrio vital. No solo es mantener el ritmo de la dieta ya que los seguidores de este régimen son personas que también viven en armonía consigo mismas, con la naturaleza y su entorno, indica. Ahora, hay que tomar en cuenta que los alimentos no son producidos como en la antigüedad. Se corre el riesgo de contaminación y no todos los alimentos crudos son fácilmente digeribles como las leguminosas que contienen rafinosa cuando están crudos y causan mala digestión o la solamina que se encuentra en la papa y berenjena, que de no cocinarse actúa como una sustancia tóxica.//

Lic. María
Regina arrién nutricionista

La persona que esté interesada en realizar este tipo de dieta debería preguntarse ¿por qué quiero hacer un cambio en mi alimentación? Para ver si tiene suficientes motivos razonables para hacerlo. Después de ello tiene que buscar información para adquirir por lo menos los conocimientos básicos de cómo realizar el cambio, que normalmente se va haciendo paulatinamente hasta llegar a la meta que se haya fijado, en este caso sería comer todo crudo y sin ningún tipo de carne.

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