jueves, 2 de abril de 2015

Jugoso y sabroso, conoce las bondades del 'rambután'

Escuchaste hablar alguna vez sobre el rambután? Si tu respuesta es no, Silvia Vargas, comerciante, contó que este es un pequeño fruto proveniente de Asia, aunque a la ciudad lo están trayendo de Ecuador. También es conocido como "lichas" o "mamón chino".

Un alimento de singular aspecto. Entre sus características, comentó Vargas, tiene un aspecto curioso ya que por fuera es rojizo, cubierto por una especie de pelusa, pero por dentro tiene una pulpa jugosa de color blanco. Para su conservación recomendó mantenerlo en la heladera.

Propiedades antioxidantes. Entre sus características destaca la vitamina C, que es un componente antioxidante muy importante porque actúa como un protector celular haciendo una mayor síntesis de las proteínas en el cuerpo, regenerando así las células, especialmente las de la piel, resaltó el nutricionista Edwin López.

Para prevenir el colesterol. Es muy rico en fibra, lo cual está relacionado a que evite la absorción de los triglicéridos o del colesterol que uno ingiere a través de la dieta o de los azúcares libres. En otras palabras, impide la absorción a nivel celular, indicó el experto.

Ideal para hipertensos. También destaca su valor en potasio y el bajo aporte de sodio, lo que resulta adecuado para las personas que sufren hipertensión arterial o afecciones de los vasos sanguíneos, lo que permite prevenir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

La combinación perfecta. Sobre su consumo, el profesional añadió que la clave está en combinar una variedad de frutas, es decir no solo se debe comer de una sola fruta sino de varias durante el día y así aprovechar todos los beneficios. Por último, Vargas recomendó que para utilizar en la cocina se debe quitar la pulpa.

Receta
Compota de rambután
Ingredientes
• 800 g de rambután
• 150 g de azúcar
• 1 vaso de vino
• 250 g de frutillas
• Hojas de menta y canela


Preparación
• Partir los rambutanes y sacar su pulpa. Colocarlos en una fuente y cubrirlos con el azúcar, la canela y el vaso de vino. Dejar macerar toda la noche. Colocar todo el preparado en una olla y poner a hervir. Retirar del fuego y dejar enfriar. Cuando se vaya a servir, añadir las frutillas y espolvorear con canela y menta picada.

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