jueves, 18 de septiembre de 2014

Proteínas: pros y contras

Un estudio publicado en la prestigiosa revista Cell Metabolism afirma que “La restricción en la ingesta de proteínas está asociada con una reducción en IGF-1, cáncer y mortalidad en general en los menores de 65, pero no en la población de más edad”.

Esto ha causado que medios de comunicación de todo el mundo alerten: “Comer muchas proteínas es tan dañino como fumar”.

Las premisas del estudio son muy razonables, dice el blogger Darío Pescador, pero las conclusiones están completamente equivocadas. Si el artículo fuera sobre coches, el título sería “Si haces menos kilómetros con tu coche, tendrás menos averías”.

En efecto, si dejas a tu cuerpo desnutrido y sedentario te desgastas menos, pero también pierdes todos los beneficios de llevar una vida activa y hacer deporte.

Por otro lado, investigadores de la Universidad de Granada han descubierto en un experimento realizado con ratas que las dietas hiperproteicas podrían ser beneficiosas para los huesos, lo cual sería de gran utilidad para poblaciones débiles como ancianos y mujeres postmenopáusicas.

La investigación revela, además, que los suplementos de proteína de soja son más recomendables que los de suero de leche, ya que mejoran hasta un 7 por ciento el contenido de calcio en los huesos. Este trabajo ha sido publicado en la revista «Food & Function».

El estudio

Los investigadores examinaron los efectos de una dieta normoproteica y de otra hiperproteica en el estado óseo de las ratas. Para ello, emplearon una muestra formada por 140 ratas, que dividieron en cuatro grupos distintos, a los que administraron durante 12 semanas una dieta diferente. Así, dos grupos fueron alimentados con una dieta normoproteica (10% de riqueza), la mitad de ellos con proteína de soja y la otra mitad de suero de leche (lactosuero); los dos restantes grupos, ingirieron una dieta hiperproteica (45% de riqueza) basada en proteína de soja o de suero de leche.

Propiedades óseas

Los resultados de este experimento demostraron que las ratas alimentadas con una dieta hiperproteica mantuvieron mejor sus propiedades óseas que las que siguieron una dieta normoproteica, a pesar de verse afectados algunos marcadores de acidez como la urea en plasma (que fue un 46% más alta) y el pH urinario (8% más ácido). Estos aparentes efectos negativos fueron neutralizados en los grupos que consumían como fuente proteica la soja, que redujo esta acidez.

El grupo alimentado con proteína de soja presentó más cenizas del fémur (esto es, una mayor cantidad de minerales totales), un 7% más de calcio en los huesos y un área diafisaria cortical más espesa que los alimentados con la dieta de proteína de suero de leche.

Como explican Virginia A. Aparicio García Molina y Elena Nebot, dos de las autoras del estudio, «el impacto que la cantidad y el tipo de proteína que consumimos tiene sobre nuestra salud es un tema muy debatido por la comunidad científica, sin que exista aún un acuerdo al respecto en algunos aspectos».

Las dietas hiperproteicas son muy frecuentes entre deportistas y personas que quieren adelgazar, pero todavía no existe consenso respecto a los efectos que éstas tienen sobre el organismo.

Las investigadoras advierten de que se trata de un estudio realizado en ratas, cuyos resultados todavía deben confirmarse en humanos. «Recomendaríamos estudiar cada caso particular por parte de profesionales, y abordarlo teniendo en cuenta las ventajas e inconvenientes que presentan las dietas hiperproteicas y las características específicas de cada persona».

Porciones

Un yogur de 250 grs. aporta aproximadamente 11 gramos de proteína y un vaso de leche alrededor de 8, mientras que una porción 250 grs de carne incluye hasta 21 gramos de proteína.

En la digestión

Como la proteína se digiere más lentamente que los carbohidratos, una de las mayores ventajas de las dietas ricas en proteínas es la sensación de saciedad.

Energía

Una de las mayores desventajas de las dietas altas en proteínas es que te pueden dejar con menos energía. El cerebro funciona gracias a los hidratos de carbono, por lo que también se pueden experimentar problemas de concentración.

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