jueves, 11 de septiembre de 2014

Enlatados sí, pero con moderación

Si eres una mujer activa, seguramente tienes tu tiempo organizado. Por ejemplo, a primera hora de la mañana te ejercitas, luego te vas al trabajo y al mediodía, cuando es la hora de almorzar y estás con poco tiempo, es tentador reemplazar algunos alimentos frescos por enlatados. Debes saber que esto no es una buena idea, conoce por qué solo debemos consumirlos en casos excepcionales.

Poco nutritivos. La nutricionista y dietista Natalia Melgar menciona que no se recomienda consumir alimentos enlatados en exceso debido a que pierden su valor nutricional y en algunas personas que son sensibles a ciertos conservantes, pueden llegar a producir alergias. Es por ello que siempre se debe optar por alimentos frescos y naturales ya que estos mantienen sus propiedades nutricionales y nutrientes.

Químicos dañinos. Por su parte Carla Jiménez, nutricionista-dietista, indica que el problema radica en los procedimientos físicos y químicos que se utilizan en el proceso de elaboración, como el uso de colorante, saborizantes, la gran cantidad de aditivos sintéticos, el exceso de sal y azúcar, que como se mencionó, además de causar alergias, pueden manifestarse problemas respiratorios, digestivos y alteraciones en la piel, entre muchos otros.

¿En qué ocasiones amerita?. Melgar resalta que es recomendable su consumo en ocasiones especiales, como cuando se viaja al campo o se está en algún lugar donde hay poca disponibilidad de alimentos o no existan las condiciones de conservación adecuada. “No se deben abusar de ellos y tampoco se deben incluir en la dieta diaria”, dijo.

Para Jiménez, estos deben ser de uso esporádico y no cotidiano, por lo cual, recomienda leer las etiquetas para detectar el exceso de aditivos peligrosos. Al abrirlos, consumirlos rápidamente o en su caso sacar el contenido de la lata, agregar a un recipiente de vidrio y refrigerar.

Ahorra tiempo cocinando

La nutricionista Carla Jiménez te brinda algunos consejos para reemplazar los enlatados.

1. En primer lugar los alimentos frescos son la mejor opción en cuanto a sabor y textura, además de conservar sus nutrientes.

2. Los alimentos congelados, son prácticos y bastantes buenos ya que el congelamiento retiene casi todas sus propiedades.

3. Cocinar frijoles y lentejas también resulta fácil, debido a que solo se remojan con anticipación y se pueden cocinar en una olla a presión, lo cual ahorra tiempo.

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